Seleccionado entre 131 originales, el escritor español ganó la 41° edición con la obra “Naturaleza de novela”, en la que analiza el origen y la genealogía del género novelístico.
El escritor catalán Luis Goytisolo ganó el Premio Anagrama de Ensayo con la obra Naturaleza de la novela, que se impuso entre 131 originales presentados al concurso, que otorga 8.000 euros (10.260 dólares).
En la obra ganadora, Goytisolo se interroga por el género literario llamado novela: sus orígenes, sus características y los factores directos e indirectos que propician su formación. Es un ensayo “muy sintético y nada académico -subrayó el editor Jorge Herralde, fundador y director de Anagrama-, un canto a la persistencia de la gran literatura”, aseguró. Además de Herralde, el jurado estuvo compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater y Vicente Verdú.
Luis Goytisolo, hermano del también escritor Juan Goytisolo, tiene más de dos decenas de obras publicadas y siempre buscó la experimentación y el vanguardismo, en contra de los límites de la novela tradicional. Una trayectoria reconocida con el Premio Nacional de Literatura por Estatua con palomas (1993), con su entrada en la Real Academia de la Lengua Española en 1995 y con su nominación al Premio Nobel de Literatura en 2009. La tetralogía Antagonía, que tardó 17 años en escribir, está considerada como una de las mejores novelas del siglo XX.
Goytisolo debutó en la ficción obteniendo el Premio Biblioteca Breve con Las afueras, en 1958. Su obra cumbre fue la tetralogía Antagonía, escrita a lo largo de 17 años, en la que reflexiona sobre el la escritura. El autor fue elegido entre 131 originales. Sin embargo, más allá de su hegemonía literaria, el español percibe cierta crisis: “Los géneros empiezan y acaban, así como empezó y acabó la música clásica; tiene que ver con el cambio de los hábitos sociales”.
Ante la televisión, el cine, Internet y las redes sociales, formas de entretenimiento que crecen y se imponen, Goytisolo no piensa sólo en que se reducen las horas de lectura, sino que mira al futuro: “Que se lea menos ahora implicará también que haya menos escritores en los años venideros”.
