El profesor y el estudiante que planearon la matanza en Kenia

El cerebro del atentado de Al Shabab que el jueves costó la vida a 148 estudiantes (la mayoría cristianos) en la Universidad de Garissa se llama Mohamed Kuno y es un profesor que trabajó durante años en una escuela coránica de la localidad. Aquí la historia.

Nairobi ofrece ahora cerca de 50.000 euros de recompensa para quien facilite cualquier información que sirva para arrestarlo. Kuno se encuentra en paradero desconocido desde diciembre pasado.

Las fuerzas de seguridad lo identificaron entonces como el comandante regional de Al Shabab y la persona que planificó dos matanzas previas, una en un autobús y otra en una cantera, que dejaron 58 muertos en el distrito de Mandera, en el noreste del país, a finales del año pasado.

Según un informe de seguridad al que ha tenido acceso la prensa local, Kuno es un antiguo profesor de una madraza (escuela coránica) de Garissa y utiliza hasta tres apodos: Sheikh Mahamad, Dulyadin y Gamadheere.

Kuno se unió a la militancia islamista cuando todavía existía la Unión de Tribunales Islámicos (UTI), que acabaría separándose en varios grupos, entre los que luego destacaría Al Shabab, en el que entró en 2009.

El informe también advierte de que Kuno suele utilizar a miembros de su familia para llevar a cabo los ataques que planea y que ahora mismo es el líder de Al Shabab en la región somalí de Juba, que hace frontera con las provincias kenianas más afectadas por los ataques del último año: Mandera, Wajir, Garissa y Lamu.

Un estudiante brillante

Otro de los terroristas destacados identificados hasta el momento es el keniano Abdirahim Abdulahi, hijo de un político local de la ciudad nororiental de Mandera y un prometedor abogado.

Abdulahi fue identificado durante el fin de semana cuando las Fuerzas de Defensa de Kenia (KDF, en inglés) exhibieron los cadáveres de los cuatro atacantes en la parte trasera de un vehículo que conducía a baja velocidad por las calles de Garissa, según el diario “Standard”.

Su padre, cuyo nombre no ha transcendido, alertó a las autoridades de que su hijo había desaparecido y que se sospechaba que había viajado a Somalia, ya que en el último año no había querido darle pistas sobre su paradero.

Al parecer, el padre ya había denunciado que Abdirahim podría haberse unido al grupo islamista Al Shabab cuando cursaba segundo de Derecho en la Universidad de Nairobi.

Una persona de su entorno lo definió como “un abogado brillante con un futuro prometedor” y según su registro escolar acabó la escuela secundaria con un currículum escolar impecable.

“Es muy importante y crítico que los padres cuyos hijos desaparezcan o muestren síntomas de haber sido expuestos al extremismo violento avisen de inmediato a las autoridades para evitar que su radicalización vaya a más”, alertó el portavoz del Ministerio del Interior de Kenia, Mwenda Njoka.

Por su parte, el comisionado del distrito de Mandera, Alex Nkoyo, aseguró en declaraciones recogidas por el Standard que están esperando “la confirmación oficial, pero el padre ya avisó de que (Abdirahim) había cortado lazos con su familia y el Gobierno tenía conocimiento de ello”.

Ayer los cuerpos de los cuatro terroristas fueron exhibidos, desnudos, para que la población local ayudara a identificarlos y cientos de personas, incluidos niños, se congregaron en las calles para ver los cadáveres y algunos les tiraron piedras e insultaron, informó el “Standard”.

Bombarden Somalia

Mientras tanto, la Fuerza Aérea de Kenia empezó a bombardear ayer dos campamentos del grupo terrorista Al Shabaab en Somalia, dejando un número indeterminado de muertos, según ha informado hoy lunes una fuente militar keniana.

Aviones kenianos han bombardeado los campamentos de Al Shabaab en las localidades de Gondodowe e Ismail, ubicadas ambas en la región de Gedo, en la frontera con Kenia.

“Hemos atacado estas zonas porque, de acuerdo con la información que tenemos, los milicianos (de Al Shabaab) vinieron de aquí para atacar en Kenia”, ha dicho la fuente en alusión al asalto a la Universidad de Garissa.

Por su parte, Al Shabaab ha amenazado con provocar “un baño de sangre” en Kenia por su intervención en Somalia.