El sonajero para la Alcaldía de Bogotá

Después del triunfo del presidente Juan Manuel Santos en las elecciones del pasado domingo 15 de junio, el segundo cargo de elección popular más importante del país empieza a sonar para muchos de quienes estuvieron activos en la contienda electoral. La Alcaldía de Bogotá se convierte en uno de los más preciados botines electorales del país.

Así como cuando termina un mundial de fútbol y se empiezan a mover los demás campeonatos y los equipos se reorganizan. Así mismo, pasadas las elecciones presidenciales los equipos de campaña y los partidos políticos enfilan baterías para los cargos más importantes del país.

El segundo cargo de elección popular más importante de Colombia es la Alcaldía de Bogotá. Tan solo dos días después de entregados los resultados electorales que le dieron el triunfo a Juan Manuel Santos como presidente del país, algunos nombres empiezan a sonar para ocupar la dirección administrativa de la capital, a pesar de que aún falta año y medio para las elecciones locales.

El apoyo dado por la izquierda a la campaña santista generó que muchos sectores políticos ocuparan un lugar de primer orden en la configuración electoral del país. Es decir que fuerzas como el progresismo o la UP mostraron su verdadero potencial electoral. Así las cosas no es extraño que el nombre de Clara López, excandidata presidencial del Polo Democrático empezara a sonar el mismo domingo 15 de junio como una de las seguras candidatas para dirigir Bogotá.

López tiene la experiencia de haber sido encargada como alcaldesa de la capital después de la destitución de Samuel Moreno, copartidario suyo, después del escándalo por el Carrusel de la Contratación. Fue nombrada alcaldesa encargada para un periodo inicial de tres meses, que se amplió a tres más, con lo cual entregó la alcaldía a Gustavo Petro el primero de enero de 2012.

A su favor cuenta con el hecho de haber sido la segunda votación más alta de Bogotá en la primera vuelta presidencial de este 2014 y haber sido uno de los factores decisivos que inclinó la balanza electoral en la capital a favor del presidente Santos.

De manera paralela el Movimiento Progresista, que ostenta actualmente la Alcaldía de Bogotá en la persona de Gustavo Petro, fue otra de las fuerzas decisivas en el triunfo del presidente reelegido. La administración petrista no ha contado con la mayor simpatía de varios grupos influyentes en el esquema de poder capitalino. Además, ha sufrido golpes tan graves como que varios de los exsecretarios distritales no han podido terminar su periodo debido a complicaciones de salud, esto sumado a la destitución, reversada por decisión del Consejo de Estado, del mismo Petro.

Lo paradójico de todo esto es que a pesar de ser una administración tan criticada muchas de sus políticas de gobierno serán asumidas, a la luz del acuerdo programático suscrito entre estos y el Partido Liberal, por el Gobierno Nacional. Con este espaldarazo de la administración Santos el progresismo tiene opciones para repetir en la administración bogotana.

Uno de los nombres que siempre ha sonado por parte de este movimiento político para lanzarse al ruedo electoral para dirigir la capital es el de Guillermo Alfonso Jaramillo.

Jaramillo fue gobernador del departamento del Tolima, cargo en el que estuvo hasta 2003. En ese periodo de tiempo fue una de las fuerzas políticas más relevantes del departamento tolimense, algo que le sirvió para convertirse en uno de los políticos más cercanos al actual alcalde de Bogotá. Tanto es así que fue una de las personas que impulsó la creación del Movimiento Progresista.

Jaramillo fue nombrado secretario de Salud de Bogotá y luego secretario de Gobierno de la misma. Dejó este último cargo para apersonarse de la campaña por el NO a la revocatoria de Gustavo Petro como alcalde de Bogotá. Su perfil político, así como se experiencia en cargos administrativos son dos factores que hacen que el suyo sea el primer nombre que suena al momento de proponer un candidato progresista para dirigir la capital de país.

Por el lado de la Unidad Nacional, aún no se ha perfilado una figura de una manera tan notoria como en los dos casos anteriores. Sin embargo, Rafael Pardo Rueda y Gina Parody son dos nombres obligados en la posible contienda electoral por la alcaldía bogotana.

Pardo Rueda, del Partido Liberal, tiene una hoja de vida envidiable en el sector público. Ha sido negociador de paz del Gobierno Nacional en el acuerdo adelantado y firmado con el M-19. Su último cargo de relevancia pública, antes de dedicarse a la campaña reeleccionista fue el de ministro de trabajo en el que le correspondió entregar el balance positivo de reducción de la tasa de desempleo a un dígito. Además, fue nombrado alcalde encargado de Bogotá después de que el presidente Juan Manuel Santos ejecutó la sanción impuesta por la Procuraduría General en contra del alcalde Petro.

En el corto periodo de tiempo que estuvo como alcalde encargado Pardo logró que el Gobierno Central se interesara por la capital y de esa manera se agilizaron las gestiones para el desembolso de las partidas presupuestales necesarias para los metrocables y el metro de la capital.

Gina Parody es una de las figuras políticas alternativas más llamativas de los últimos años. Su paso por el Partido Liberal la inició en el mundo político al lado de Rafael Pardo Rueda. Sin embargo, se unió al uribismo durante los mandatos del expresidente Uribe, en los cuales fue representante a la Cámara. Al finalizar la administración uribista se alejó de esa corriente política.

Se lanzó a la Alcaldía de Bogotá en 2011 siendo derrotada por el actual alcalde Gustavo Petro. Fue nombrada por el presidente Santos como Alta Consejera para Bogotá, cargo que muchos equipararon con una alcaldía paralela. Finalmente fue designada como directora del Sena, entidad en la que ha adelantado una serie de reformas que le han valido vigencia política en el país.

En el caso del Centro Democrático, el exvicepresidente Francisco Santos es la figura más fuerte toda vez que su aspiración a la Alcaldía de la capital para el proceso de elecciones atípicas era una de las más fuertes mostradas por los sondeos de opinión.

La de Francisco Santos es una aspiración fundada en la oposición frentera de los sectores conservadores y del Centro democrático a la administración de la Bogotá Humana del alcalde Petro. De hecho su favorabilidad como posible alcalde en las elecciones atípicas se debió a que el representante a la Cámara por el Partido Conservador, Miguel Gómez logró llevar adelante la convocatoria para un revocatoria al mandato petrista.

Sin embargo, el perfil administrativo de Francisco Santos no es el más fuerte de todos los que han empezado a sonar. Su única experiencia como servidor público ha sido la vicepresidencia colombiana durante los dos periodos del expresidente Uribe, el resto de su vida pública ha sido en el activismo político en contra del secuestro y en el periodismo.

Aún es muy temprano para afirmar que estos nombres son los únicos que tienen interés en la Alcaldía de Bogotá pero algo sí es seguro y es que las fuerzas políticas colombianas no se dejarán coger la noche para el proceso electoral que definirá al futuro mandatario de la capital.