La BBC reveló la intensa correspondencia mantenida entre Karol Wojtyla y una filósofa estadounidense, por lo que se especula que ella pudo estar profundamente enamorada de él.
Todo comenzó cuando la filósofa Anna-Teresa Tymieniecka, estadounidense de origen polaco, decidió escribir al cardenal Carol Wojtyla -el futuro papa Juan Pablo II- con el objetivo de comentar un libro que Wojtyla había escrito. Tymieniecka no imaginó que esta primera carta se convertiría en una intensa amistad. Tan intensa que, para evitar suspicacias y malas interpretaciones, su intercambio epistolar ha estado alejado del escrutinio público durante tres décadas.
Sin embargo, esta correspondencia ha salido a la luz. La BBC ha podido examinar las cartas escritas por Wojtyla guardadas en la Librería Nacional de Polonia, cuyo acceso está restringido. Estas misivas son el núcleo del documental ‘Las cartas secretas del papa Juan Pablo II’, que retransmitirá esta noche la cadena pública británica, y demuestran la estrecha relación que el religioso mantuvo con esta mujer que, además, estaba casada.
En 1973, Tymieniecka escribió a Wojtyla, por aquel entonces arzobispo de Cracovia, para discutir algunos puntos de su libro ‘Persona y acción’. El religioso le propuso que le ayudase a mejorarlo, y tras un primer encuentro en Polonia, ambos se vieron varias veces en los años siguientes para trabajar en una versión ampliada de la obra. Un año después, Wojtyla escribía que estaba releyendo cuatro de las cartas de la mujer, “tan llenas de significado y profundamente personales”.
La emoción de estas fue subiendo de intensidad, especialmente a partir de 1976. Entonces, el todavía cardenal realizó un viaje de trabajo a EEUU, y la filósofa le invitó a alojarse en la casa de campo que la familia tenía en Nueva Inglaterra. “Mi querida Teresa, he recibido tus tres cartas. Escribes sobre estar rota por dentro, pero no pude encontrar una respuesta a estas palabras”, escribió él en septiembre de 1976, añadiendo: “Eres un regalo de Dios”.
Aunque nadie sugiere que el entonces futuro Pontífice hubiese roto su celibato, la BBC especula con la posibilidad de que la mujer le revelase sus intensos sentimientos por él, algo que podría explicar el tono íntimo de las misivas posteriores. “El año pasado yo ya estaba buscando una respuesta a estas palabras, ‘te pertenezco’, y finalmente, antes de dejar Polonia, encontré un modo: un escapulario”, dice en otra carta de finales de 1976, explicando por qué ha decidido regalarle dicho objeto. “La dimensión en la que te acepto y te siento en todas partes en todas las situaciones, cuando estás cerca y cuando estás lejos”, añade.
Tras convertirse en Papa, le pidió que nada cambiase entre ambos: “Escribo tras este suceso, de modo que la correspondencia entre nosotros pueda continuar. Te prometo que lo recordaré todo en esta nueva etapa de mi viaje”. Tymieniecka no fue la única amiga que tuvo el Pontífice, pero sí aquella con la que mantuvo una correspondencia más sentimental, lo que, según la BBC, podría apuntar a una lucha interna por parte de Wojtyla con sus propias emociones.
El periodista estadounidense Carl Bernstein entrevistó a Tymieniecka para una biografía de Juan Pablo II publicada en 1996. Entonces, ella negó que tuviese ningún sentimiento romántico hacia él, aunque otras personas de su entorno sí le dijeron que las emociones entre ambos iban más allá de la amistad.