“En Colombia hay que tomar las amenazas en serio”

Joaquín Robles Zábala presentó en la vigésimo octava edición de la Feria del Libro de Bogotá su más reciente libro ‘Los buenos muchachos del expresidente’. El texto inscrito en el género de la crónica política expone las secuelas que dejaron los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe Vélez.

En palabras de Robles Zábala ‘Los buenos muchachos del expresidente’, “es precisamente un recuento panorámico de lo que fueron los ocho años del gobierno del expresidente Uribe. En particular un grupo de funcionarios que lo acompañaron y que de alguna manera están siendo juzgados por algunos casos”.

De hecho, los protagonistas de esta historia (a excepción de José Obdulio Gaviria, el cerebro gris del ‘Uribismo’) están en prisión, huyendo o en procesos judiciales en curso. Todos tienen algo en común: fueron amigos o cercanos laboralmente al actual senador Álvaro Uribe Vélez.

Al respecto, el autor señala que “Ellos hablan de persecución política pero lo que está pasando es que la justicia está haciendo lo que tiene que hacer”.

No obstante reconoce que “no todos los del centro democrático hacen parte de esa ‘camada’, pero sí tienen una política y una mirada sobre la cosa pública que tiene una afinidad con Uribe y con todo lo que él representa para el país”.

Finalmente Joaquín Robles Zábala confiesa que ha recibido amenazas de muerte por “entrometerse” en estos asuntos llenos de escándalos, corrupción y criminalidad. “Ya había recibido amenazas después de unas columnas que escribí en la Revista Semana contra el expresidente Uribe; gente que me escribía al correo diciéndome: “te vamos a matar”, “hp”, y cosas que parecen que son un lugar común en los periodistas, escritores, que de alguna manera no es que escriban contra Uribe, sino que muestran en sus artículos una realidad; entonces eso como que molesta en el círculo de Uribe y de ahí las amenazas constantes”.

“Yo recibí en el transcurso de una semana cinco amenazas de muerte, que me enviaron al correo, tuve que ir a la fiscalía, porque en Colombia hay que tomar las amenazas en serio aunque parezcan mamadera de gallo”, sentencia el autor del libro.

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