Con el desplome de un caballo cochero en el sector El Laguito en Cartagena, la inconformidad de la comunidad y de las organizaciones activistas que abogan por los animales han desatado una polémica sobre el cuidado y el bienestar de los equinos que trabajan con la agremiación de los cocheros – Asocarcoch- de la ciudad amurallada
Todo empezó cuando el domingo en horas de la noche un caballo se desplomó por el peso de los cinco turistas que paseaba por las calles del sector El Laguito. El decreto 0656 que fue expedido el 3 de junio de este año, establece que, solo es permitido transportar a cuatro pasajeros adultos o dos adultos y tres niños menores de 12 años. Además, esta ley dispone “medidas de seguridad, salubridad, protección animal y el ordenamiento del tránsito relacionadas con el servicio de coches”.
Sin embargo, el decreto hasta el momento ha sido insuficiente, por la poca socialización que se le ha dado entre el gremio Asocarcoch y a las autoridades que tienen que verificar que el certificado de bienestar de los caballos esté en orden; “la autoridad no está documentada, al parecer, sacan el decreto en una gaceta y queda ahí, porque las autoridades no se actualizan” afirma Victoria De Zubiaria, miembro de la -Fundación Ángeles con Patas.
Por otro lado, Zubiria, manifiesta que las pesebreras están en muy mal estado y mal ubicadas, “una queda a 20 minutos fuera de la ciudad, es decir, que el caballo tienen que recorrer 50 kilómetros con su peso encima para llegar a su trabajo o regresarse, además son 8 o 10 horas dando vueltas buscando clientes. Durante la jornada de trabajo los caballos no reciben la alimentación adecuada, pues el agua debe contener sales para retener húmeda, y la comida debe ser especial”.
A pesar de las denuncias que hace la fundación, Julio Martínez, representante del gremio de cocheros de Cartagena, dice que las afirmaciones de Victoria De Zubiria son erradas y que sólo se trata de una “persecución” para dañarles la imagen.
Martínez, afirma que “los caballos comen las 24 horas, le damos yerbas, maíz, concentrados, y melaza; se bañan tres veces al día (en la mañana, al medio día y cuando llegan a la pesebrera) (…) esta actividad es un negocio, si un caballo no puede rendir, no es bueno para nosotros, por eso nos preocupamos por el cuidado”.
La agremiación de cocheros, junto a la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria – UMATA-, se encarga de la revisión del estado general del caballo y quien entrega el carné donde certifica que el animal está apto para trabajar, dice Martínez, apelando a que los cocheros realizan actividades protocolarias para el cuidado del equino.
El director de UMATA, Luis Magín Guardela, por su parte reitera que con la nueva expedición del decreto 0656 pretende mejorar las condiciones de los caballos y, que además, con Asocarcoch se están haciendo charlas de socialización de la reglamentación para que los cocheros no incurran en acciones como el maltrato animal. A la pregunta que si han contemplado la posibilidad de reemplazar los caballos por otro mecanismo, ha dicho que no, pues esta actividad es turística y patrimonio cultural de la ciudad amurallada y, que en muchas ciudades del mundo como Houston se ofrece el servicio.
Prestando el servicio de recorridos en coches por el centro de Cartagena y Bocagrande se benefician un poco más de 700 familias, entre los dueños de los caballos, los coches, quien los manejan y los que los bañan en las pesebreras. En la ciudad hay 60 coches y 120 caballos autorizados.
El nuevo decreto establece que de 4.00 p.m. a 5.00 p.m. será el desplazamiento a los puntos autorizados y de 5.00 p.m. a 11.00 p.m. será el tiempo en que los cocheros podrán hacer recorridos turísticos, teniendo en cuenta que, durante este lapso deberán establecer las paradas de alimentación e hidratación del caballo.