Los asuntos relacionados con las Fuerzas Armadas de Colombia no irán a la mesa de conversaciones de paz del Ejecutivo del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC, dijeron hoy miembros del equipo negociador por el Gobierno.
Los asuntos relacionados con las Fuerzas Armadas de Colombia no irán a la mesa de conversaciones de paz del Ejecutivo del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC, dijeron hoy miembros del equipo negociador por el Gobierno.
El jefe del comité gubernamental, Humberto de la Calle, y el general en retiro Jorge Mora Rangel, uno de los negociadores por el Estado, coincidieron en que cuestiones como la doctrina militar están por fuera de la agenda que las partes abordarán a partir del 15 de noviembre próximo en La Habana.
De la Calle y Mora hicieron alusión al papel actual de las fuerzas de seguridad y a sus funciones en un futuro país en paz durante una entrevista con la estación central de la Emisora del Ejército en Bogotá.
“Es absolutamente claro que no se negocia la doctrina militar, no cesan las operaciones (militares)”, afirmó el exvicepresidente De la Calle, en las primeras declaraciones que ofrece tras regresar de Oslo, donde el pasado día 18 se formalizó la mesa de negociaciones.
La declaración de De la Calle la reforzó el oficial en retiro Mora, en el pasado comandante militar y quien comparte su papel como negociador plenipotenciario del Gobierno con otro general en retiro, Óscar Naranjo, de la Policía Nacional.
“Nuestros soldados pueden tener la tranquilidad absoluta de que no se va a negociar a las Fuerzas Militares en las mesas de conversaciones, de que no va haber una aceptación de exigencia de disminución de fuerzas, de presupuesto, de cambiar la doctrina militar”, subrayó Mora.
“Está definido y absolutamente claro que somos el Ejército que defiende a todos los colombianos”, agregó el general en retiro, para quien “el Ejército potente” que tiene el país continuará como tal y no será negociado en la mesa de paz con las FARC.
Ambos negociadores hicieron mención a palabras del jefe negociador por los rebeldes, “Iván Márquez”, alias de Luciano Marín, quien en el acto de formalización de la mesa de conversaciones de la semana pasada rechazó por cuantioso el gasto militar de su país y el tamaño de las fuerzas de seguridad.
Más que el silencio de los fusiles, la paz implica “la transformación de la estructura del Estado y el cambio de las formas políticas, económicas y militares”, expresó el líder rebelde, segundo al mando y su portavoz internacional de las FARC, en actividad desde 1964.
De la Calle consideró que “hoy el papel crucial para la supervivencia de la democracia está en hombros de soldados y policías”.
Es gracias al éxito en el campo militar y al progreso en la defensa y el respeto a los derechos humanos que “podemos avanzar en estos caminos”, consideró el exvicepresidente.
Además de los generales Mora y Naranjo, quien no estuvo en el acto de Oslo, el equipo gubernamental lo conforman, como plenipotenciarios, el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, y su predecesor en este cargo, Frank Pearl, y el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Luis Carlos Villegas.
Los negociadores por las partes entrarán de lleno en las conversaciones a mediados del mes próximo en la capital cubana, que será la sede permanente de este proceso de paz, el tercero formal por separado de las FARC con el Estado colombiano en 30 años.
La mesa de negociaciones centra un acuerdo para buscar poner fin al conflicto interno que el Ejecutivo y los rebeldes firmaron el pasado 26 de agosto en La Habana tras seis meses de unas “conversaciones exploratorias”.