España ha certificado en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz que América Latina tiene las puertas abiertas para ayudar a que el país y toda la eurozona puedan salir de la crisis cuanto antes.
Tanto en los discursos de los líderes latinoamericanos como en las reuniones bilaterales que han mantenido el rey y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, durante los dos días de la cumbre, se han sucedido los mensajes en esa dirección.
Rajoy explicó que ha constatado en la cumbre la “excelente disposición” de América Latina para contribuir a que la zona euro logre superar el momento que atraviesa y deje de ser prácticamente la única región del mundo en situación de recesión.
“Necesitamos más Iberoamérica”, dijo ayer don Juan Carlos, quien, al igual que el jefe del Ejecutivo, ha dejado patente su reconocimiento a los esfuerzos extraordinarios que se han realizado al otro lado del Atlántico para gozar hoy de una notoria pujanza económica.
España pone esa situación como ejemplo para superar la crisis y Rajoy, ante el plenario de la cumbre, destacó que América Latina se ha ganado su peso actual por sus propios medios, “con esfuerzo y con paciencia, combinando la necesaria austeridad y políticas propias de crecimiento económico y cohesión social”.
Una experiencia que dijo constituye “un mensaje de esperanza” ante la situación de España y de Europa.
Rajoy consideró que si América Latina es una oportunidad para Europa, la UE también lo es para esa región, ante lo que ha invitado a sus empresas a que aumenten su presencia en España y en todo el continente europeo.
“La inversión latinoamericana es acogida con los brazos abiertos”, enfatizó, al tiempo que pidió que, para ello, la seguridad jurídica sea “un valor compartido y respetado en ambas regiones”.
Tanto el rey como Rajoy consideran que Cádiz ha servido para fortalecer la comunidad iberoamericana, que, para el monarca, es “una firme realidad”.
Ambos han destacado que en la cumbre y en sus declaraciones finales se han tratado asuntos que afectan a los problemas reales de sus ciudadanos.
No obstante, defienden la reflexión que se va a realizar durante el próximo año sobre el futuro de estas citas con el fin de plantear sus conclusiones en la prevista en Panamá en 2013, donde es previsible que se decida que los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos se citen cada dos años.
El rey y Rajoy iniciaron la jornada con el ya tradicional desayuno de trabajo con los líderes centroamericanos, y, con posterioridad, el jefe del Gobierno ha mantenido bilaterales con el presidente de Chile, Santiago Piñera, y Panamá, Ricardo Martinelli.
El príncipe de Asturias asistió a la jornada de clausura de la cumbre, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha protagonizado sendas reuniones con sus homólogos de Argentina y Cuba.
La que ha mantenido con el titular de Exteriores argentino, Héctor Timerman, ha sido el primer contacto público de alto nivel entre los gobiernos de ambos países tras la expropiación en abril de la petrolera YPF.
En la reunión, según fuentes diplomáticas, se han abordado “todos” los asuntos de la agenda bilateral en un clima de sintonía y “franco diálogo”.
El encuentro con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, ha sido el segundo en menos de 48 horas y teniendo sobre la mesa el caso del joven español Ángel Carromero, preso tras un accidente de circulación en el que murieron los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepera.
En la del pasado jueves, Cuba dijo que la petición de España para la pronta repatriación de Carromero sería “debidamente considerada” sobre la base de los acuerdos jurídicos que mantienen ambos países.