David Gallego, el director de fotografía de la primera película colombiana nóminada al Oscar, El abrazo de la serpiente, habló con Confidencial Colombia sobre los retos que afrontó durante el rodaje de la cinta.
Confidencial Colombia: ¿Por qué el abrazo de la serpiente es a Blanco y Negro? el color podría haber resaltado la exuberancia del paisaje…
David Gallego: Ciro quería hacerla en blanco y negro para explorar ese mundo que de alguna forma estaba perdido y mostrarlo como fue encontrado por los exploradores, porque al verlo hoy en día tiene otro contexto.
De lo que me preguntas de por qué no ver todo ese paisaje, esa exuberancia, precisamente queríamos eliminar toda la exuberancia del paisaje y permitirle al espectador entrar a la historia completamente y desde la misma historia comenzar a descubrir la imagen y bueno, también vinieron otras explicaciones que sustentaban el blanco y negro; como contar la película en su esencia y como había referentes de estos exploradores, todas sus memorias fotográficas fueron en blanco y negro, queríamos hacer un homenaje a esa amazonas que fue encontrada en ese momento.
C.C: ¿Técnicamente cuáles fueron los retos?
D.G: El reto más importante es respetar la historia, más allá de tomar una decisión de si hacerla a blanco y negro a hacerla a color porque esa decisión en ese sentido tiene muchas cosas importantes que hay que tener en cuenta para permitirle al espectador eso, entrar a la historia.
C.C: Y en el caso de los equipos…
D.G: Los equipos tienen forma de protegerse de la humedad con silica gel, además estaban protegidos en sus cajas. La película salía de la nevera en la mañana, esperábamos que cogiera temperatura y ya podíamos trabajar con ella, pero siempre protegimos mucho la película porque la humedad empieza a trabajar en los químicos.
C.C: Al enfrentarse a un rodaje en la naturaleza, ¿tuvieron que cambiar encuadres…?
D.G: Pues el espacio: la selva es muy espesa, muy densa, es un lugar mágico que uno va allá y lo transporta a muchas dimensiones y lo que queríamos era proyectar eso, las dimensiones que puede tener este espacio: mentales y espirituales y las dificultades fueron esas, poder capturar esa esencia.
C.C: ¿qué significa para usted que el abrazo de la serpiente sea la primera película colombiana nominada al Oscar?
D.G: Para mí es importante porque cumple con la expectativa inicial que tuvimos, que es que esta historia se vea y se proyecte en todo el mundo y sepan la importancia y la riqueza que tenemos en Colombia. Esa es la importancia que tiene la película, más allá de que puedan venir otros proyectos, que haya otra gente que se interese por el trabajo, nunca se hizo pensando en eso, sino siendo muy honestos, con el proceso de la película…
C.C: A nivel de imagen y de técnica, ¿cómo ve que se está haciendo el cine colombiano?
D.G: Yo creo que estamos explorando muchas formas de contar nuestro país, estamos explorando muchas formas de mostrar las capacidades que tenemos; como equipos técnicos, equipos de producción sólidos… creo que sigue faltando encontrar una mirada particular de nosotros mismos y poderla llevar a las pantallas (…) ahora hay muchas posibilidades de hacer películas, pero la mayoría no están transmitiendo nada, simplemente es un espacio en la pantalla para ir a entretener y ya. Lo más importante es eso, buscar que los realizadores sean honestos con las historias que están contando.