“La eutanasia es un acto brutal que se enfrenta al cuidado paliativo bien formado, sin embargo un equipo disciplinar, honesto y ético con buen diagnóstico puede disminuir que los pacientes recurran a ella”.
Así lo ha afirmado Saúl Santoyo Téllez, médico cirujano de la Universidad de Colombia, durante el foro “La verdad de la eutanasia en Colombia”, según divulga la Agencia de Noticias del Alma Mater.
Según el profesor Santoyo, miembro del Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos, adscrito a la Academia Nacional de Medicina, la muerte digna es un paradigma diferente a la eutanasia y se puede observar a través de la historia.
Precisamente, señaló el experto, la eutanasia surgió siglos antes de Cristo, cuando no existía medicina científica y la gran mayoría de enfermedades, hoy curables, significaban la muerte. Posteriormente, se fue conformando un paradigma diferente a partir de pioneros como el médico griego Galeno de Pérgamo y otros quienes lograron que la medicina evolucionara en la Edad Media y el Renacimiento, hasta llegar a la medicina moderna hace tan solo 150 años.
Respecto a la muerte digna, mencionó que se trata de un concepto reciente acuñado en Estados Unidos para unir la ley y la medicina, “sin embargo cuando esta última muestra sus límites vuelve a aparecer el paradigma de la eutanasia, un concepto retardatario, conservador y de suicidas”.
Durante su intervención, el profesor explicó que en Colombia primero se aprueba darle la muerte a un enfermo, en vez de aliviarlo. De hecho, solo hasta 2014 se aprobó la Ley Consuelo Devis Saavedra (Ley 1733 del 2014), que regula los cuidados paliativos para el manejo integral de pacientes con enfermedades terminales, crónicas, degenerativas e irreversibles, en cualquier fase de la enfermedad que impacte la calidad de vida. Sin embargo, aún no se ha puesto en marcha, “si se hiciera, esta estrategia permitiría que el 90 % de los pacientes desistan de la eutanasia”, puntualizó.
Justamente, en Colombia, por ejemplo, 120.000 personas murieron de cáncer en 2014, pero solo 20.000 de ellos tuvieron acceso a los 23 servicios de cuidado paliativo que están certificados ante el Ministerio de Salud y Protección Social, una cifra mínima ante una gran posibilidad para que las personas disminuyan el dolor y desistan en muchos casos de la muerte asistida.
Por otra parte, aseguró el profesor Santoyo, hay que tener en cuenta que la medicina no ha tocado techo y está generando hechos contundentes con la mejora de medicamentos y procedimientos quirúrgicos.
De esta manera, lo que para hoy no existe tratamiento, es probable que surja en un futuro cercano, según se plantea en una información publicada por la Agencia de Noticias U.N.