Al cumplirse tres años del mandato de Juan Manuel Santos, las encuestas muestran una contradicción aparentemente inexplicable. Por un lado, el Presidente hablando de indicadores “históricos”, de ser el “precursor” en iniciativas peculiares, sólo comparable, según él mismo, “con López Pumarejo” y, por el otro, más del 60% de los ciudadanos consideran que el país va por mal camino y “rajan” la gestión del Ejecutivo en casi todos los campos, en especial en salud, empleo, seguridad, agricultura e industria.
Algunos santistas lo califican como acto de incomprensión ciudadana; otros, sin embargo, creemos que la razón la tienen los encuestados en tanto su percepción -aun con el sesgo individual- expresa que las estadísticas positivas no concuerdan con su realidad. No están tan equivocados.
Por ejemplo, cuando se habla de la reducción de la pobreza, se “saca” de ella a quienes logran ingresos de más de 4 dólares diarios, o $190 mil mensuales. En las mediciones se cuentan como entradas los subsidios del programa “Más Familias en Acción” que repartió $1,2 billones a 2,08 millones de hogares y otras “ayudas” de diversas fuentes. ¿Esos colombianos ya no se sentirán pobres? Asimismo, se arrastra el índice de desigualdad y de indigencia, que incluye personas con ingresos menores a 2 dólares diarios.
Con relación al empleo, hay un hecho enrevesado. En junio de 2013, hubo 34 mil ocupados menos que hace un año, 207 mil desocupados menos y una tasa de desempleo del 9,2%. ¿Por qué esta “rareza”? Simplemente porque aparecen 766 mil (¡!) nuevos inactivos, que no están en el mercado laboral, que fueron al hogar o al estudio o ya no quieren buscar ocupación, lo cual reduce el número de desocupados respecto a la población en edad de trabajar ¿Razón para mucho optimismo?
Y en cuanto a la economía, el ánimo debe ser pesimista. El 4,9% de crecimiento promedio del PIB, entre 2010 y 2012, se logró con el aporte de la minería en 10,6% y el del sector financiero en 5% y, a contramano, del insuficiente 1,6% del sector agropecuario y del 3% de la industria. Finalmente, el “milagro” de la inversión extranjera, que entre 2009 y 2012 sumó cerca de 58 mil millones de dólares; en igual periodo, reporta remesas de utilidades por rentas de 52 mil. “El dinero va a donde puede salir”.
Para concluir, recordemos que Colombia -en el escalafón del Índice de Desarrollo Humano (IDH)- cayó en los últimos tres años del puesto 79 al 91, va más lento que otros. Las cifras oficiales son para la galería y las realidades para las mayorías. No es difícil saber dónde está la ficción.