Llegó el fin de la desaceleración económica en Colombia y con él, el retorno del crecimiento financiero, que si bien es inferior en comparación con el año pasado, tendrá significativas repercusiones en el segundo periodo del presente año y en 2017 en materia de recuperación industria, importaciones, descenso de tasa de cambio, entre otros.
Este 2016 será el último año de desaceleración de la economía colombiana. Según el informe que ha hecho el BBVA Research, el inicio de las obras de infraestructura 4G en el segundo semestre del año, la aceleración de la inversión privada en los próximos años, así como, la recuperación industrial, impulsada por un proceso de sustitución de importaciones que deberá seguir en el mediano plazo gracias a los niveles altos del tipo de cambio, son factores que jalonarán el crecimiento de la economía colombiana durante 2016 y 2017.
“Sobre estos pilares: inversión y recuperación industrial, la economía se acelerará hasta crecer por encima del 4% a finales de esta década. Será un crecimiento menor que el de los últimos años, pero será más balanceado y sostenible pues dependerá menos del precio de las materias primas”, afirma Juana Téllez, economista jefe de BBVA Colombia.
Para 2016, la entidad estima que el ajuste de la economía continuará tras la caída de los precios del petróleo. “Ya en 2015 vimos un ajuste importante de la demanda interna, con una desaceleración de la inversión desde un crecimiento de 9,8% en 2014 a uno de 2,8% en 2015. En 2016, el consumo privado será la variable que ayudará a que el ajuste de la demanda continúe, pasando de crecer 3,9% a 2,6% entre 2015 y 2016 respectivamente”, agrega Téllez.
Tasa de cambio, clave en este proceso
El comportamiento de la tasa de cambio en los próximos años, será fundamental en el proceso de consolidación de la economía colombiana. “El comportamiento de la tasa de cambio en estos meses además de amortiguar en moneda local los menores precios del petróleo, ha servido para contener las importaciones, ayudando al cierre gradual de la cuenta corriente y apalancando la recuperación industrial”, subraya el informe.
De acuerdo, con este comportamiento, BBVA Reseach estima que este año el déficit en la cuenta corriente se ubicará alrededor del 6,3% del PIB, inferior al 6,5% de 2015, y en 2017 estiman que se ubicará por debajo del 6,0%.
De la misma manera, se estima que con la recuperación de los precios del petróleo el tipo de cambio descenderá paulatinamente en el mediano plazo hacia $2.800 pesos por dólar.
“Este es un nivel que además de ser competitivo para la economía lo consideramos como el nuevo equilibrio hacia donde debe converger la tasa de cambio. En el corto plazo, a pesar de la volatilidad, su nivel estará influenciado por los aumentos en la tasa de interés de la FED, impidiendo que el tipo de cambio tome desde ya una senda decreciente”, afirma la economista jefe de BBVA Colombia.
Inflación finalizará 2016 en 6,2%
Así mismo, la fuerte sequía que trajo el fenómeno de El Niño y los niveles históricamente altos del tipo de cambio a comienzos de año, llevaron a que la inflación continuara al alza. De acuerdo con el informe, estos dos factores seguirán impactando la inflación en los próximos meses, y solo desde el segundo semestre, cuando se corrija el precio de los alimentos y se marchite el traspaso del tipo de cambio a los precios, se verá un descenso en los precios. “Esperamos que la inflación termine el 2016 y 2017 en 6,2% y 4,1% respectivamente”, señaló Téllez.
De la misma manera, de acuerdo con el análisis, el ciclo de aumentos en la tasa de política monetaria terminará pronto. “La normalización de la oferta agrícola y la desaceleración del consumo (incluyendo el crédito), son factores que determinarán una desaceleración de la inflación así como de sus expectativas a finales de año”, comenta Téllez.
De este modo, según la economista, en el contexto actual las variables más importantes para las discusiones de política monetaria serán la velocidad relativa en la cual la demanda doméstica – y particularmente el consumo privado – se desaceleren frente al PIB, y de manera central, la dinámica de las expectativas de inflación que ha determinado los últimos ajustes a la tasa de interés por parte del Banco de la República.
Finalmente, lo que completará el ajuste de la economía será la implementación de una reforma tributaria estructural que aumente el recaudo, mejore la competitividad de las empresas del país y reemplace los ingresos que el país recibía de la actividad petrolera. “Esto servirá para que la confianza sobre la economía del país se fortalezca y se garantice la sostenibilidad fiscal en el mediano y largo plazo”, puntualiza Téllez.