Los dos gigantes del fútbol disputaron el balón en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro por la final de la Copa del Mundo. Los primeros 90 minutos registraron un gol inhabilitado de Messi y varias llegadas de las dos selecciones pero sin marcadores. En la prorroga los alemanes anotaron y consiguieron su cuarta victoria en un mundial, la prima de un equipo europeo en suelo suramericano.
El encuentro estuvo al rojo vivo. Pese a que durante los primeros 90 minutos no se abrió el marcador -se anuló la anotación de Argentina en el primer tiempo- las llegadas fueron constantes. La pelota en contragolpe generó opciones de gol y la más clara estuvo en manos de Gonzalo Higuaín.
La esférica se les escapó a los equipos y el golpeteo fue certero: A Mueller, Higuaín, y Schweinsteiger les fueron propinados fuertes golpes. Faltando 6 minutos para el cierre del segundo tiempo del alargue, Mario Gotze logró anotar el gol que le obsequió la victoria al seleccionado alemán.
Aunque la falta de precisión sobre el arco imperó a lo largo de la partida, las asistencias de Alemania y el toque con semblante amalgamaron el sentido de equipo para el éxito y sentenciaron la pérdida de los argentinos, que sin duda lo dejaron todo en la cancha.
Los dirigidos de Joachim Low , primeros de Europa en ganar un Copa en Suramérica, comprobaron ser los mejores del mundo con un ataque fulminante, organizado y efectivo. En 1990 consiguieron la tercera estrella y este domingo –con la llave del triunfo de Gotze- alcanzaron la cuarta.