El presidente del Real Madrid apuntó con su dedo acusador a la prensa, indicando que es ella la principal responsable de la crisis del equipo, además de comparar a la afición con los Ultra Sur.
El ambiente era sofocante. Cada convocatoria de prensa de Florentino Pérezdespierta una expectación tan enorme que sería capaz de hacer pequeña la sala de prensa del Bernabéu, que no es especialmente reducida. Pero esta vez, el presidente del Real Madrid se tuvo que conformar con un atrio distinto al habitual del palco de honor.
Salió a dar la cara por el bochorno del Clásico y lo hizo en el Área VIP, en un espacio sobrecargado de calefacción y de personas buscando un recoveco donde ver al mandatario blanco por encima de las numerosas cabezas. Su deseo era celebrar el acto en la sala de prensa en vez de en el habitual palco de honor, pero está alquilada a DO La Mancha, que estaba realizando un acto benéfico en ese momento.
Apareció precedido de su junta directiva y dijo lo que todos sabíamos que iba a decir, que Benítez ni tocarlo (por ahora, claro está). Lo que no sabíamos es que iba a mostrar el dedo acusador señalando a esos hacia los que se dirigía, los medios de comunicación.
Comenzó suave, era demasiado arriesgado lanzarse a la piscina de primeras sin mirar si había agua. “Benítez tiene toda nuestra confianza”, “respeto las críticas de la afición”, “pido unión al madridismo”… y demás frases hechas que ya le hemos oído decir varias veces en los 12 años de mandato, cambiando únicamente el nombre del entrenador por el que tocase en ese momento. A partir del turno de preguntas, se parapetó detrás de los micrófonos, los cuales colocó cada vez que tenía que responder una pregunta incómoda y empezó a defenderse atacando. “Que hay una campaña en mi contra lo sabe usted, lo sé yo y lo saben todos los que están aquí hoy”, dijo respondiendo a una cuestión que aparentaba estar dirigida.
Para Florentino, los problemas que tiene el Real Madrid, que no son nuevos y que ni siquiera la Décima ha podido paliar, se han generado de dos maneras: una, y la más importante de todas, lo cual se entiende por la importancia que le ha dado durante su comparecencia, es que un sector importante de la prensa está intentando desestabilizarle. Y dos, que los que quieren su dimisión son los Ultra Sur…
Habría que preguntarse qué influencia pueden tener las críticas hacia él en el comportamiento de los jugadores sobre el campo o las decisiones del entrenador, pero esa reflexión no se produjo de cara al público. Florentino dejó claro desde que dijo “me voy a extender en eso” que el tema principal que iba a haber en la tarde de este lunes era la campaña de la prensa, las mentiras de la prensa… La autocrítica la dejó para otro día.
Florentino no solo estuvo severo con los medios de comunicación que no le son afines, sino que además aseguró que no va a “permitir” que se repitan esos intentos de desestabilizarle y amenazó con “tomar medidas” sobre ello. El Confidencial quería saber cuáles serían esas medidas, pero pese a pedir el turno de palabra en tres ocasiones, no se le concedió la vez.
Al ser presidente durante tanto tiempo, ya casi siente que ha usucapido el trono merengue e interpreta directamente que todo supuesto ataque contra él es también “contra el Real Madrid”. “Es importante la estabilidad institucional”, dijo justo después de repetir sin venir a colación aquella frase de “los socios siguen siendo el único dueño del Real Madrid”.
En cuanto a las supuestas mentiras contadas por la prensa, se refirió sobre todo a unas informaciones publicadas “por un periódico deportivo de Madrid”, en que se decía que se reunió con Nasser Al-Khelaïfi, presidente del Paris Saint-Germain, y con Jorge Mendes para hablar de vender a Cristiano.
Dijo que esa reunión no existió. Negó que el propio Cristiano le dijese que no aguantaba a Benítez; negó que los capitanes tuvieran problemas con el entrenador, negó que fuera a convocar elecciones. Lo negó todo, como un acusado ante el jurado. Se sintió acorralado y fundamentó buena parte de su discurso en criticar a los que le dan voz.
“Cristiano es un buen tipo, nunca me ha dicho nada de nadie”, dijo para desmentir el supuesto ultimátum del portugués, sobre el que este periódico también quería preguntar y no pudo. Cristiano no está molesto con Benítez y, también según Florentino, el entrenador tiene “total libertad” a la hora de decidir. Eso sí, el presidente balbuceó antes de empezar a contestar sobre esa pregunta, le costó arrancar.
Al final lo dijo: “Ningún entrenador puede decir que yo le haya sugerido algo”. Eso sí, que tampoco se vaya poniendo muy cómodo Benítez en el asiento del banquillo porque, como bien dijo Florentino, un contrato de tres años “es suficiente” porque los entrenadores sufren “un gran deterioro”, como si se tratasen de objetos que se van rompiendo. ¿Por qué sufren ese deterioro? Eso es otra historia.
Habría que preguntarse qué influencia pueden tener las críticas hacia él en el comportamiento de los jugadores sobre el campo o las decisiones del entrenador, pero esa reflexión no se produjo de cara al público. Florentino dejó claro desde que dijo “me voy a extender en eso” que el tema principal que iba a haber en la tarde de este lunes era la campaña de la prensa, las mentiras de la prensa… La autocrítica la dejó para otro día.
Florentino no solo estuvo severo con los medios de comunicación que no le son afines, sino que además aseguró que no va a “permitir” que se repitan esos intentos de desestabilizarle y amenazó con “tomar medidas” sobre ello. El Confidencial quería saber cuáles serían esas medidas, pero pese a pedir el turno de palabra en tres ocasiones, no se le concedió la vez.
Al ser presidente durante tanto tiempo, ya casi siente que ha usucapido el trono merengue e interpreta directamente que todo supuesto ataque contra él es también “contra el Real Madrid”. “Es importante la estabilidad institucional”, dijo justo después de repetir sin venir a colación aquella frase de “los socios siguen siendo el único dueño del Real Madrid”.
En cuanto a las supuestas mentiras contadas por la prensa, se refirió sobre todo a unas informaciones publicadas “por un periódico deportivo de Madrid”, en que se decía que se reunió con Nasser Al-Khelaïfi, presidente del Paris Saint-Germain, y con Jorge Mendes para hablar de vender a Cristiano.
Dijo que esa reunión no existió. Negó que el propio Cristiano le dijese que no aguantaba a Benítez; negó que los capitanes tuvieran problemas con el entrenador, negó que fuera a convocar elecciones. Lo negó todo, como un acusado ante el jurado. Se sintió acorralado y fundamentó buena parte de su discurso en criticar a los que le dan voz.
“Cristiano es un buen tipo, nunca me ha dicho nada de nadie”, dijo para desmentir el supuesto ultimátum del portugués, sobre el que este periódico también quería preguntar y no pudo. Cristiano no está molesto con Benítez y, también según Florentino, el entrenador tiene “total libertad” a la hora de decidir.
Eso sí, el presidente balbuceó antes de empezar a contestar sobre esa pregunta, le costó arrancar. Al final lo dijo: “Ningún entrenador puede decir que yo le haya sugerido algo”. Eso sí, que tampoco se vaya poniendo muy cómodo Benítez en el asiento del banquillo porque, como bien dijo Florentino, un contrato de tres años “es suficiente” porque los entrenadores sufren “un gran deterioro”, como si se tratasen de objetos que se van rompiendo. ¿Por qué sufren ese deterioro? Eso es otra historia.