“Hotel Transilvania” es la más reciente película animada de Sony Pictures Animation, que ocupa el primer lugar en taquilla en las salas de cine colombiano, superando al “Cartel de los Sapos”.
Mavis, es la hija del Conde Drácula que pronto alcanzará su mayoría de edad al cumplir 118 años y que desea el permiso de su padre para poder explorar el mundo y conocer cómo son los humanos, ya que jamás ha visto a ninguno después de que el Conde decidiera construir un inmenso hotel para los monstruos que quieran descansar de la persecución de los seres humanos. En el fondo él lo hace para proteger a su hija, que ha quedado huérfana de madre cuando los seres humanos la quemaron por ser una bruja, cuando Mavis era aún muy niña.
Al hotel asisten monstruos que desean pasar una temporada de vacaciones alejados de los seres humanos, ya que les temen por su constante cacería y descansan en este escondido castillo donde jamás ninguna persona ha llegado. Sin embargo, en la víspera de su cumpleaños, Mavis conoce a Jonathan, un extraño monstruo de la familia de los “Stein” que no es más sino un muchacho al que Drácula ha disfrazado para pasarlo inadvertido en su hotel y ocultarlo especialmente de su hija a quien trata de aferrarla a su lado convenciéndola que los seres humanos son peligrosos y que la vida fuera del hotel no es nada agradable.
Con las voces de Adam Sandler, Selena Gómez y Andy Samberg, los personajes principales de esta historia interactúan con los demás monstruos como Frankenstein, Pie Grande, el Hombre Lobo y otras criaturas que son tradicionalmente el terror de los niños, pero que en el filme son personajes amigables y divertidos por los cuales es imposible sentir repulsión.
Los dos ejes que permiten una moraleja en esta película son la reflexión sobre cómo las personas podemos ser los “verdaderos monstruos” a través de nuestras actitudes violentas por los seres que no son iguales a nosotros y cómo en algún momento, todo padre y toda madre, deben permitir que sus hijos vivan la vida y reconozcan durante este proceso un aprendizaje lleno de gozos, pero también de peligros y de riesgos que con cuidado y apoyo son fáciles de sobrepasar. La escena donde el Conde Drácula hace un montaje para que su pequeña hija tenga temor de los seres humanos no es más sino el reflejo de cómo los padres pueden transmitir sus propios miedos y sentimientos negativos a sus hijos y cómo la sobreprotección jamás podrá ser el mejor camino para que un hijo aprenda de las circunstancias de la vida.
La dirección de la película está a cargo del estadounidense de origen ruso, Genndy Tartakovsky, quién se estrena en la dirección de películas animadas después de su amplia trayectoria en este género con famosas series televisivas como “El Laboratorio de Dexter” y “Las chicas súper poderosas” pero que en esta cinta no logra la coherencia y verosimilitud de los monstruos secundarios.
“Hotel Transilvania” es el producto de una estrategia a la cuál Disney, Pixar y Dreamworks ya nos tenía acostumbrados; mezclar dibujos o animaciones en dos o tres dimensiones que llamen la atención del público infantil, con historias de temática para adultos con el fin de ampliar el espectro de espectadores. Las productoras saben muy bien que los adultos son los que pagan los tiquetes y por ello han adaptado historias con las cuales los adultos se sientan identificados. Por esta razón tuvimos películas como “Wall – E”, “Cars”, “Ratatouille”, “Kung Fu Panda” y “Valiente” entre otras.
Vale la pena ver esta película por su propuesta visual y diálogos divertidos que le garantizaran más de una buena carcajada a los espectadores y que también le enseñaran que en algunas ocasiones, los padres son los que aprenden de los hijos.
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