El Real Madrid salvó una papeleta difícil, tal vez más compleja de lo previsto, y no rompieron la lata hasta el minuto 68. Aunque el gol fue de Cristiano Ronaldo, la genialidad por la banda derecha la hizo un tipo de Leganés, Dani Carvajal, quien se zafó de su marca para poner la pelota en la cabeza del portugués. Cinco minutos después, James espantaba definitivamente los fantasmas en Vallecas con el 0-2. Segunda ‘final’ salvada en la carrera por la Liga y ahora a pensar en el Eibar… y que el Barcelona pinche en Sevilla.
Lejos quedó la imagen de apisonadora de hace unos días frente al Granada. En el campo de la Albufera, durante la primera hora de partido, mandó el Rayo con la pelota en los pies. Fue en la recta final cuando el Madrid aceleró y el equipo local, con algún detalle como la pérdida de tiempo de Cobeño, comenzó a dejar entrever que estaba satisfecho así. Ahí es cuando el equipo de Chamartín atacó para dar dos zarpazos letales.
Intercambio de golpes
El intercambio de golpes en los primeros compases del duelo hacía presagiar un choque competido y muy lejos de lo vivido hace unos días en el Santiago Bernabéu. Cristiano de chut raso y cruzado en el minuto 9 y, sobre todo, James desde el punto de penalti sin oposición dos minutos después, metieron el susto en el cuerpo a los aficionados locales. Pero se fue rápidamente cuando Embarba contestó y Bueno replicó en el 13 y 16, respectivamente.
El Rayo, en boca de su entrenador, advirtió un día antes de que no mutaría su estilo de juego pese al rival, o pese a que recibiera goles de dicho rival. Y, de este modo, el descaro del Rayo fue haciéndose por momentos dueño del partido. Tras un saque de esquina y antes de la media hora de juego, Manucho obligó a Casillas a sacar un balón en la misma línea de gol. Ese gancho rayista fue esquivado por el Madrid y contestado con un cabezazo de Ronaldo mediante una asistencia de James. La pelota se marchó por encima del larguero.
Justo antes de enfilar el túnel de vestuarios, Trashorras dispuso de la ocasión más clara cuando, a pase de Tito, remató con la testa un balón a bocajarro. Nuevamente Iker salvó a los suyos.
El Madrid no se activó hasta la última media hora
Tras el descanso la iniciativa continuó siendo franjirroja. Y suya era la pelota, algo que no importaba a los de Ancelotti. Dejando jugar al Rayo y aprovechando una contra, llegó la primera ocasión madridista de la segunda parte: por centímetros se marchó un cabezazo de Bale a la espalda de la defensa vallecana. Y de la misma manera llegó una contra inmediatamente por la que, escorado a la izquierda, Cristiano se plantó en el área de Cobeño… Ronaldo al suelo, reclamó penalti pero se llevó una amarilla. Desesperación en el luso, que siguió protestando minutos después.
Sin la efectividad deseada, los merengues tiraron de otros recursos y tanto Marcelo como Bale pusieron el ‘uy’ en el banquillo blanco con disparos desde fuera del área a falta de media hora para el final. Y de ahí pasaron a bombardear con centros y remates… era el preludio de las embestidas blancas que vendrían posteriormente, con la locomotora de Ancelotti, ahora sí, funcionando a tope. Y Carvajal, con una excelente jugada por la derecha, se fue de Embarba para poner un centro a la cabeza de Cristiano. Gol, 0-1.
Y tranquilidad. Quizás demasiada puesto que el partido nuevamente se colocó hacia el lado del Rayo y Casillas, por cuarta vez, debió sacar los puños cuando la pelota iba en dirección a la portería. En este caso disparo de Nacho. Pero las esperanzas locales de empatar las derrumbó James con un perfecto lanzamiento a la derecha del palo de Cobeño. 0-2 con 15 minutos por delante en los que se vio una ocasión de Isco (cambio por Benzema), otra de Manucho y una última de Tito.
Victoria trabajada del Madrid ante un equipo en forma, el Rayo, que en los últimos seis partidos sólo ha perdido dos: frente a Barça y Madrid.