Ya aprobado por votación en la Cámara de Diputados, el impeachment en Brasil esta a menos de un paso de la vía libre definitiva. A más tardar el próximo 11 de mayo, el gobierno de Dilma Rousseff recibiría lo que puede ser el preanuncio, de su peor momento.
Este domingo, la mayoría de diputados brasileños votaron por el impeachment (juicio por fuera de su cargo 180 días) de la presidenta Dilma Rousseff, heredera del líder del Partido de los Trabajadores, ‘Lula’ da Silva. Con esto, dejaron al borde del precipicio a uno de los gobiernos emblemáticos de la izquierda Latinoamericana.
“Los golpistas vencieron aquí en la Cámara”, pero “esta derrota provisoria no significa que terminó la guerra”, dijo a periodistas el líder de la bancada oficialista en la Cámara, José Guimaraes, cuando los partidarios del impeachment llevaban una ventaja de más de 200 votos.
El Si al impeachment, recogió los 342 votos necesarios (dos tercios del total) para aprobar la moción de destitución, cuando el No obtenía 135 y faltaban por votar 35 lesgisladores. La apertura de un juicio político de la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) debe ser ratificada aún por el Senado, a más tardar el próximo 11 de mayo.
En ese caso, asumiría el poder el vicepresidente Michel Temer, inicialmente por un periodo máximo de seis meses, pero completaría el mandato hasta 2018, si los senadores declarasen finalmente culpable a Rousseff, acusada de manipulación de las cuentas públicas y de complicidad en el escándalo de corrupción de la multinacional Petrobras.
La mandataria niega esas acusaciones, y las atribuye a una conspiración orquestada por Temer y por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien a su vez está acusado por corrupción. En Brasilia, los miembros del PT (Partido de los Trabajadores) y de movimientos sociales que seguían la votación, se retiraban abatidos, sin esperar ya un cambio de tendencia.
Por otro lado, los partidarios del impeachment celebraban en Si, con aplausos, vuvuzelas y tambores. En Sao Paulo, sobre la avenida Paulista, donde estaba reunida la oposición, los votos por el impeachment se festejaban como si fueran goles, con bocinazos, saltos y banderas al aire.