Junior y Nacional por una nueva alegría

Quedó definida la final del fútbol colombiano y en esta nueva edición por la búsqueda de la anhelada estrella, los protagonistas son Atlético Nacional y Junior de Barranquilla. Más allá de la vieja discusión de los merecimientos, en sus partidos de vuelta de las semifinales, ambos conjuntos hicieron méritos para disputar la posibilidad de un nuevo título y adelantaron las vacaciones de los equipos de Bogotá, que a pesar de tener condiciones y buenos jugadores, no pudieron vencer sus propias limitaciones y resignaron sus posibilidades.

Por fútbol y nómina, porque cierra en su patio y por un 2013 en el que lo ganó todo, el favorito es el verde de Antioquia, que a conciencia debe planificar muy bien su cronograma inmediato y saber mover estratégicamente las fichas, ya que sigue vivo en la Copa Libertadores de América, torneo al que le tiene bien puesto el ojo el técnico Juan Carlos Osorio y que ilusiona a los seguidores que tiene regados por el país. Como en días recientes, Osorio tendrá que arreglárselas para evitar el desgaste de sus mejores valores y preparar muy bien dos nóminas para enfrentar los torneos que disputa. De acuerdo a los números y resultados, los verdolagas son en lo que va corrido del año el equipo de mejor rendimiento. No solo es el primero en reclasificación, sino que tiene la mayor cantidad de goles marcados, motivos fuertes para seguir pensando que podría alzarse con el título, igualar en estrellas a Millonarios y convertirse en el club más triunfador de Colombia.

Por los lados del Junior de Barranquilla, se confirma que la presencia, desde marzo, de Julio Avelino Comesaña asumiendo como manager general, revitalizó y le prestó la brújula a un plantel que no encontraba el rumbo hacia una buena campaña. Los técnicos David Pinillos y Víctor Pacheco duermen tranquilos, porque cuentan en sus filas con la presencia y experiencia de un personaje de vieja data como Comesaña, que conoce milimétricamente el fútbol colombiano y que en Barranquilla se mueve como pez en el agua. Los de Curramba, llegan a esta final mostrando seguridad defensiva, sacrificio y más ganas que buen fútbol. Sin duda, el Junior podrá afrontar sus dos partidos más descansado y concentrado, teniendo en cuenta que no tiene otro torneo en qué preocuparse. Su rival en cambio, tendrá que soportar un viaje hasta el sur del continente y la presión que representa hacerle frente a dos instancias importantes; ganar un nuevo título local y avanzar a semifinales de La Libertadores. Pese a la aparente ventaja por la supuesta fatiga de Nacional, los barranquilleros tendrán que mejorar en ataque, su promedio anotador apenas sobrepasa el gol por partido y eso es motivo de preocupación para su técnico e hinchada.

Suena lógico, que por su pasado reciente, los seguidores de los equipos eliminados sientan cansancio de ver a Nacional levantando trofeos, y por ello proyecten afinidad con el Junior para la final. Sin embargo, es bueno recordar que actualmente el de Antioquia es el equipo que mejor fútbol practica en el país y que vencerlo no es tarea fácil. No llegar como favorito, puede quitar presión a los tiburones y propiciar que su desempeño en la final sorprenda. Jugar en contra del favoritismo no es malo, y eso lo demostró el equipo de Pinillos al dejar en el camino a Millonarios en El Campín. No siempre el favorito es el que gana, y por lo que pasó en su último partido de Copa Libertadores, eso lo saben de sobra el técnico Osorio y los jugadores de Atlético Nacional.