El 40 por ciento de los kioscos metálicos instalados en las calles para dar solución a la informalidad de los vendedores ambulantes de Bogotá están cerrados, mientras tanto, el comercio informal sigue creciendo.
El cabildante del partido verde Edward Arias, denunció que la política implantada desde el 2008 como una alternativa para que los vendedores ambulantes que hacen parte del censo del distrito, que actualmente es de 40 mil, tuviesen una opción para entrar a la formalidad, ha fracasado.
Entre 2008 y 2009 se hizo entrega formal de 304 kioscos metálicos que representan 608 módulos de venta. Esto fue anunciado por la Secretaría de Desarrollo Económico, SDE, quien aseguró que la implantación de esta nueva opción de venta ayudaría a regular el aprovechamiento económico del espacio público en Bogotá. Además, de mejorar la posibilidad de empleo de los ciudadanos.
Esta opción surgió como una solución para formalizar a los vendedores en alto grado de vulnerabilidad por parte de la administración distrital.
Además, los módulos de servicio para el peatón, como son conocidos por pocos, recibieron en 2008 el premio Lápiz de Acero, ya que los kioskos fueron funcionales con las necesidades de sus futuros propietarios, pero además estéticamente atractivos e innovadores.
El 26 de noviembre del 2007, la administración anunció que la inversión inicial sería de 10.500 millones de pesos y tenía como proyección a quince años, vincular a 15 mil vendedores que estuvieran registrados en la SDE.
Estos módulos le costaron a Bogotá 12.521.543.991 millones de pesos, su valor unitario es de 36.804.664 millones.
En la localidad de Santa Fe hay 125 módulos de servicio, en Candelaria hay 29, en Antonio Nariño 30 y en Chapinero 12, para un total de 304, tan sólo repartido en estas cuatro zonas de Bogotá.
Actualmente, desde la inauguración de los kioscos han pasado 4 años y el ”40 por ciento de estos están cerrados, 173 han sido entregados o abandonados, o están en mal estado o deben ser reubicados”, dijo el concejal Arias.
Además el cabildante asegura que esta política ha estado mediada por improvisaciones tales como las del arriendo. Inicialmente se empezó a cobrar la suma de $144.000 mensuales, hoy en promedio se cobra 11 mil pesos”, dependiendo de la zona en la que se encuentre el kiosco.
En 2008 se acordó el pago de 146 mil pesos mensuales para el arrendamiento, ya para abril de 2009 se acordó que serían 10 mil y para inicios del 2012 el cobro osciló entre 10.550 y 12.450. En este momento el pago alquiler es de “12 mil”, asegura el vendedor ambulante Jairo Palma.
Para el concejal, la rebaja de los pagos revela que la administración es consiente “que la política no funciona” y por eso razón “debieron reducir el costo del arriendo”.
Otro de los problemas que sufre la administración según la denuncia del concejal Arias, es que ”hay un contrato de mantenimiento de los kioscos con Socoda S.A, pero al mismo tiempo se le cobra un pago de 12 mil pesos mensuales a los vendedores, lo que representa otro cobro para el mismo mantenimiento, que además no se ha hecho hace varios meses.”
Palma, ocupante de uno de los kioscos y antiguo vendedor callejero, dice que este espacio le “permite trabajar con más tranquilidad”, y esa es una de las ventajas aseguró. Y afirmó que evidentemente si “hay puntos buenos, hay malos y hay regulares”.
Para Alirio, otro vendedor ambulante, que trabaja con una carreta de dulces la cual pude transportar fácilmente de un lugar a otro, “es más duro la venta en eso (los kioskos) porque está uno en un solo sitio”. A él no me gustaría adquirir un módulo en un lugar determinado, admitió.
Nelsy Moreno, acreedora de un kiosko, dijo que “este (kiosko) sirve para sobrevivir pero no para vivir”.
Para dar solución al problema Arias planteó que necesariamente se debe pensar en la “reubicación de kioscos”, pero sobre todo “se debe capacitar a los vendedores informales para que formen empresa y además darles el capital semilla”, como inicio de la conformación empresarial.
Pero dijo que el principal problema es que se debe “hacer un sorteo muy rápido para que los vendedores que quieran ocupar esos kioscos los ocupen, porque es imposible pensar que hay tantos y que haya tanta gente buscando como laborar”. Y agregó que “es claro que el sorteo se ha frenado, no se está ejecutando las políticas y la reubicación es importante”.
Según Bogotá cómo vamos hay 42 mil vendedores ambulantes, pero los datos del cabildante contrastan. Según él, esa cifra pertenece sólo a los registrados en el distrito, la verdadera esta cerca de los “100 mil”.
Dicha cifra evidenciaría que el empleo ambulante sube constantemente y no se da una opción viable para solucionar el problema del empleo informal en la capital. Además de la invasión del espacio público, uno de los tantos problemas que agobian desde hace muchos años el caminar de los habitantes en la ciudad.
Cada bogotano cuenta con 3,7 metros cuadrados de espacio público, y el estándar internacional establecido por las naciones unidas es de 15 m2 por persona.
El pasado 3 de septiembre el director para el Instituto para la Economía Social (Ipes), Jorge Reinel Pulecio, asumió la responsabilidad emitida por el Consejo de Estado, de elaborar una base de datos especificando la cantidad de vendedores ambulantes que irrumpen en el espacio público de 12 zonas que tienen los más altos índices de afluencia en Bogotá.
Y a partir de esa lista, garantizar nuevas alternativas para los vendedores ambulantes y la recuperación del espacio público de la capital. Dicha tarea esta prevista para ser realizada para marzo del 2013.
El director Pulecio asegura que ese registro ya se está realizando desde las diferentes alcaldías locales y hasta ese tres de septiembre del 2012, sólo faltaban las alcaldías de Candelaria y Santa fe.
El director Pulecio también admitió que los fracasos de las políticas de la administración es que antes lo que hacían “era sacar a los vendedores ambulantes y meterlos en un edificio. Aceptaban irse, se quedaban uno o dos meses y dejaban el lugar como depósito de mercancía y volvían a la calle”.
Por esa razón “ese modelo fracasó”. Y manifestó que es esta oportunidad “vamos a darles oportunidades productivas a los vendedores, no a relocalizarlos. Ellos ahora se van a relocalizar en donde les parezca más conveniente y el IPES los acompañará en ese proceso, resalto el director.
Otro hecho importante de la denuncia realizada por el cabildante se debe aldetrimento patrimonial que puede generar el abandono de los kioscos y la perdida de los mismos. Además, por la limpieza de aquellos que están abandonados, como resalto el vendedor Palma.
“Mientras los kioscos estén y además con eso costo tan alto, la ciudad no pueden entrar en un detrimento patrimonial de perder esos kioscos, hay unos que funcionan y permiten ganancias a las personas” resaltó el concejal. “Lo importante es colocarlos en lugares donde generen ganancias, hay que entregarlos, hacerles el mantenimiento, pero no creo que la política del kiosco sea tan adecuada y funcional”, agregó.
Hay 83 kioskos por recuperar o que están en proceso de expedición de acto administrativo, 10 por la construcción de la fase III de Transmilenio, 35 disponibles para sorteo, 7 cerrados por mantenimiento y 30 para reubicar, lo que da una suma de 173 módulos cerrados. Bogotá está desaprovechando una inversión de 6.327. 206.872 millones de pesos, además se está generando una perdida de cerca de 25 millones anuales, por “los 12 mil pesos que se deben recoger mensual”, aseguró Arias.
“Claramente hay un detrimento patrimonial porque son recursos que deben ser utilizados y que en algún momento fueron comprados por el distrito para la utilización de algunos bogotanos”, concluyó el cabildante.
De ser 100 mil la suma de vendedores ambulantes, como lo dice el concejal, la medida tomada para dar solución a los problemas de estabilidad económica a los vendedores ambulantes y al mismo tiempo recuperar espacio público en la capital, sólo estaría dando solución a tan sólo el 1% de esa población que cada día crece de una manera más evidente en la capital.