Este año la Biblioteca Nacional de Colombia ha abierto las puertas a un sinnúmero de actividades que han permitido acercar a la gente, tanto física como virtualmente, a los tesoros de patrimonio que guarda y preserva. Consuelo Gaitán, la directora de la biblioteca más antigua de América, es la estratega de esta apertura.
Filósofa de profesión, y editora y librera por pasión, cuando fue nombrada por la Ministra de Cultura como directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, volvió al origen de su carrera, pues su primer trabajo recién graduada de la universidad fue como Asistente de la Dirección de la Biblioteca. “Realmente es una satisfacción muy grande, para alguien que como yo ama los libros de una manera tan incondicional, poder estar en este espacio día a día”.
Uno de los grandes objetivos de su misión, es convertir el magnífico edificio de la calle 24 con carrera 5ª, patrimonio nacional, en epicentro de la actividad cultural de Bogotá. En 2014 se vieron y escucharon por sus corredores y salones, ciclos de conciertos de artistas nacionales, charlas sobre como el proceso de paz o el fútbol mundialista, talleres de edición y publicación digital, convocatorias a premios literarios, exposiciones y homenajes a Mutis, a García Márquez y a la Revista Mito, que se tomaron las paredes y los pisos del lugar con curaduría y diseño de gran impacto.
Abriendo la puerta se atrae a la gente a la biblioteca; y digitalizando sus objetos se lleva la biblioteca a la vida de la gente. La biblioteca ha digitalizado miles de objetos entre mapas, colecciones de libros, audios y videos, que día a día se ponen en la red para acceso libre de lectores e investigadores, un proceso que comenzó en la dirección anterior, pero que para Gaitán es de gran relevancia. “Digitalizar es mantener la cultura viva a través de las nuevas tecnologías, democratizar el acceso, hacer universal la cultura local e interactuar con otras”, dice.
Y como es una convencida de que “el espacio más alejado de la desdicha y el aburrimiento es una biblioteca”, desde su cargo es también la cabeza de la Red Nacional de Bibliotecas, que maneja 1.404 bibliotecas públicas -al menos una en cada uno de los municipios del país. Sólo en 2014 se construyeron 44, dando así continuidad a la labor en la que ella ha estado empeñada desde su cargo anterior como coordinadora del grupo de Literatura y Libro del Ministerio de Cultura.