Mientras que uno defiende el estandarte de la candidatura propia del Partido Conservador, otro es acusado de doble militancia por su cercanía con el gobierno Santos.
Dos hermanos, de alta carga política, podrían ejemplificar la ahondada división que hoy yace –con menos intensidad- en el interior del Partido Conservador de cara a las elecciones presidenciales.
María Elisa Uribe, candidata a la Cámara de Representantes y su hermano, el exministro Juan Gabriel Uribe, militan desde diferentes bandos –cada uno- encontrados en numerosas ocasiones antes y después de la convención del 26 de enero en la que se escogió a Marta Lucía Ramírez como candidata presidencial del partido por encima de ir a las elecciones unidos a una coalición con el presidente Santos.
En efecto, Maria Elisa apoya a Ramírez y defiende lo que esta fracción del partido consolidó como las “bases del conservatismo”. De hecho, el día de la convención, se le pudo ver con pancartas y panfletos apoyando a Marta Lucía y por supuesto a su propia candidatura.
La candidata insiste en darle importancia al liderazgo femenino “en todas las instancias de la vida nacional y de la importancia de la unión para sacar proyectos de vivienda, salud y empleo para las mujeres”.
Además, en un comunicado, indica que cerca de 300 mujeres conservadoras líderes del sur de Bogotá la recibieron en la localidad de Tunjuelito para dialogar sus propuestas. Al evento también asistió Marta Lucía Ramírez.
Mientras ella es partidaria de que los azules deben tener a su candidato para las presidenciales, al otro lado del asunto, su hermano, el exministro Juan Gabriel Uribe, está en la mira del directorio nacional del partido por “doble militancia”.
Es sabido que luego de la Convención y a pesar de las impugnaciones consecuentes, el conservatismo dejó bien claro que hay que apoyar a Ramírez en su camino hacia la presidencia y darle mano dura a Santos. Pero también es claro que el calificativo de “embajador del santísimo” que algunas figuras de la política le apropiaron a Juan Gabriel, le luce a la perfección.
En ese orden de ideas, el hecho de que el exministro de Ambiente este abanderando la reelección de Juan Manuel Santos desde el partido, no le vino nada bien al dirigente de los azules, el doctor Oscar Yepes Alzate, quien le pidió que se callara y lo acusó de doble militancia.
“Mal mensaje, pésimo ejemplo para la política colombiana y el Partido Conservador, la conducta que asume el doctor Juan Gabriel Uribe, al invitar a los conservadores y congresistas a que se aparten de lo dispuesto por la máxima jerarquía del Partido Conservador, su Convención Nacional, para invitar a votar por una candidatura distinta a la de Marta Lucía Ramírez”, expresó Yepes.
Luego dijo que a Uribe “no le queda bien su pronunciamiento dado que su periódico (El Nuevo Siglo) ha sido cuna de la disciplina del conservatismo y porque ha recibido del partido mandatos de representación por lo que por lo menos debería callarse”.
Por otro lado, pese a que la candidata Ramírez insiste en que el partido está unido para ganar en las elecciones, ronda el enunciado de que dicha unión es una máscara para tapar que efectivamente el conservatismo sí está profundamente fraccionado. En todo caso, ejemplos como el de los hermanos Uribe darían pie para deducir que a pesar de tener la misma sangre y tinte político, la vocación de poder y la lealtad a un dirigente tienen el mismo ante los ojos de un movimiento político.