La búsqueda de tesoros perdidos

Fabián Sanabria, director General del Instituto Colombiano de Arqueología e Historia (Icanh), hace parte del equipo que busca repatriar o incautar piezas arqueológicas colombianas que han sido subastadas o vendidas a espaldas de la ley. Él habló con Confidencial Colombia sobre la “señora victoria” que consiguió el país, luego que desde España fueran devueltas 691 piezas del Patrimonio Arqueológico Nacional.

Por décadas la compra y venta de ejemplares arqueológicos de Colombia ha ‘pasado de agache’, pues la conciencia de que estos no pueden estar en control de privados sino que le pertenecen al patrimonio histórico y cultural del país no se ha logrado inculcar con profundidad.

En todo el mundo este mercado tiene sus vertientes y el tráfico ilícito de bienes culturales dificulta poder hacer eco de las culturas que dieron luz a los colombianos.

Sin embargo, desde que se endurecieron las leyes que prohíben hacer del Patrimonio Nacional un negocio, se evidencian –poco a poco- avances significativos. Ese es el caso de las 691 piezas arqueológicas que fueron repatriadas desde España y que, en palabras del director general del Icanh, Fabián Sanabria, representan una “señora victoria para el país” gracias a su belleza y significado histórico.

En efecto, el Icanh, junto a la Embajada de Colombia en España y los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Cultura, lograron repatriar los ejemplares que un colombiano sacó ilegalmente del país y que fueron incautados en el Museo de América de Madrid. Desde el 2011 se hizo la solicitud con la Fiscalía General para iniciar el proceso y se espera que en dos meses lleguen a Colombia. La Cancillería costeará el proceso de embalaje y transporte, el Ministerio de Cultura cubrirá el seguro, una vez estén en territorio colombiano pasarán por la Fiscalía y luego quedarán en posesión del instituto arqueológico.

Realizar una tarea de esta magnitud es dispendioso, ya que los trámites legales y los contratos con los abogados no cuentan con un presupuesto fijo. De hecho, “una repatriación de bienes culturales desde Dinamarca tomó cerca de 10 años”, dijo Sanabria.

Es por esto que el Icahn hace el peritaje de las piezas, en este caso, en su mayoría cerámicas. La arqueóloga Braida Enciso llevó a cabo la evaluación y de las 891 piezas que examinó, 691 son pertenecientes al patrimonio arqueológico colombiano. Estás dan muestra de varias regiones culturales del país con figuras antropomorfas y zoomorfas y su belleza es invaluable.


Pero más allá de este triunfo, late la preocupación de que el colombiano en general no respeta ni valora su país y a la rica cultura que lo compone, desmembrada cada vez que se hace una transacción de este tipo dentro y fuera del territorio.

En este orden de ideas, Sanabria anotó que aquellos que no hayan registrado piezas arqueológicas ante el instituto que dirige, correrán con la advertencia de que estas pueden ser incautadas por las autoridades, de acuerdo a la Ley 1185 de 2008.

“La gente no se puede hacer la de la vista gorda con el patrimonio (…) no es de ellos, es de la nación. Es de todos”, dijo. En seguida anotó que los que tengan ejemplares “lo máximo que pueden hacer es registrarlas en el Icanh, y si la entidad lo considera les da la tenencia”. Insistió que en cualquier momento que sean necesitadas para investigaciones científicas se tiene que facilitar su acceso. “Si no lo ha registrado, lo incautamos”, aseveró.

Respecto a los casos que se efectúen en el exterior, donde haya tráfico ilegal de por medio, aseguró que la colaboración con órganos internacionales como la Interpol o las embajadas, mantendrá en ejecución la campaña para eliminar estos fenómenos.

Por último hizo énfasis en que “lo importante es generar la conciencia en los colombianos para que entiendan la importancia del Patrimonio de la Nación y que no es privado. Usted puede que tenga una colección de precolombinos en su casa, pero si no los ha registrado ante el instituto, que es la autoridad arqueológica, usted es un delincuente”.