Si te gusta la comida picante y estabas pensando adelgazar unos kilos o evitar adquirirlos sin demasiado esfuerzo, estás de suerte. Según una reciente investigación realizada en la Escuela de Farmacia de la Universidad de Wyoming, Estados Unidos, los alimentos que contienen chile picante –también conocido como ají– pueden ayudarnos a quemar grasas sin tener que restringir las calorías de nuestra dieta.
No es el primer estudio que investiga los beneficios de la comida picante en nuestra salud. Otro realizado en 2013 en la Universidad de Maastricht, Países Bajos, demostró que el chile, la cayena o los pimientos rojos picantes contienen un elemento no tan conocido por su nombre sino por los sudores que provoca: la capsaicina. Precisamente el componente activo que da el picante a estos alimentos es el encargado de disminuir los lípidos corporales mediante un mecanismo que motiva la muerte de las células grasas inmaduras, por lo que podría ayudar a adelgazar.
Pero el equipo dirigido por Baskaran Thyagarajan ha ido más allá: “La novedad es que la capsaicina podría convertirse en un suplemento dietético fiable y natural para prevenir la obesidad”, explicaba el especialista en farmacia y neurociencia en una entrevista en Yahoo Health.
Quemar grasas naturalmente
Los investigadores analizaron el comportamiento y los cambios en el metabolismo en un grupo de ratones. Así, observaron que cuando los roedores comían alimentos con alto contenido de capsaicina pura estaban protegidos de asimilar la grasa de la dieta que consumían. Este componente actuaba como un quemador de grasas natural y, según las conclusiones del análisis, “tiene el mismo efecto en los seres humanos”.
En nuestro cuerpo hay dos tipos de adipocitos (las células que forman el tejido adiposo): los blancos son los encargados de almacenar la energía en forma de grasa, mientras que los marrones gastan esa energía quemando la grasa.
El estudio ha encontrado un nuevo mecanismo por el que la señalización celular estimulada por determinados alimentos picantes desencadena la conversión de los adipocitos de color blanco a marrones: “La capsaicina quema la energía que de otro modo se almacenaría como grasa”, explica Thyagarajan.
Cuanto más pique, mejor
La capsaicina es la responsable de que nos “arda” la boca cuando comemos picante. Pero además de esta sensación, para muchos desagradable y para tantos otros todo un vicio, este componente puede ayudarnos a quemar grasas gracias a lo que provoca en nuestro cuerpo:
– Sube la temperatura corporal: es la responsable de acelerar tanto nuestro ritmo cardíaco como nuestro metabolismo por lo que contribuye a subir la temperatura del cuerpo y quemar calorías más rápido.
– Contiene mucha vitamina C: constituye un excelente aporte de vitamina C, lo que se traduce en un incremento de antioxidantes.
– Comemos menos rápido: generalmente la comida picante se mastica más lentamente, lo que además de ser un acto de lo más saludable, es bueno para la digestión y el control de las cantidades que se ingieren.
– Sacian el apetito: comer más despacio ayuda a que nuestro cerebro reciba antes la orden de estar saciado dándonos la sensación de estar “llenos” sin tener que comer grandes cantidades.
– Tienen pocas calorías: algunos picantes incluso no alcanzan ni las 10 calorías, el problema son los alimentos a los que acompaña…
¿Un nuevo fármaco contra la obesidad?
Como decíamos, no es el primer estudio que se hace sobre las propiedades beneficiosas para la salud del picante ni que ahonde sobre el hecho de que éste nos puede ayudar a adelgazar. Sin embargo, los investigadores de Wyoming consideran que sus resultados podrían traducirse en el primer paso hacia el desarrollo de un fármaco contra la obesidad.
La capsaicina podría utilizarse para el desarrollo de un nuevo medicamento para la prevención y el tratamiento de enfermedades metabólicas.
“La capsaicina podría utilizarse para el desarrollo de un nuevo medicamento para la prevención y el tratamiento de enfermedades metabólicas como la obesidad, la hipertensión o la diabetes tipo 2”, comenta Thyagarajan.
Con este objetivo, él y su equipo han presentado una solicitud de patente para el fármaco. Mientras, recomiendan hacer frente al problema de la obesidad puede ser adoptado por cualquier persona: simplemente tiene que consumir dietas ricas en capsaicina o comer chiles regularmente” aconseja el profesor.
Sin embargo, son muchos los expertos que creen que todavía es pronto para hablar de una conexión entre comer chiles y acabar con la obesidad. “El estudio en ratones es prometedor, y espero con interés una mayor investigación en seres humanos, pero añadir chile a la grasa de una la hamburguesa acompañada con queso y patatas fritas, todavía nos dejará un aporte de demasiadas calorías”, opina la doctora especialista en nutrición Keri Gans.