La economía colombiana en caída libre

Tal y como se esperaba, el país comienza a sentir la desaceleración. Para todo el 2015, el PIB fue del 3,1% y un año atrás Colombia estaba creciendo un 4,6 por ciento. Las noticias no son buenas, pero aún así es una buena cifra si se compara con otras economías de la región como Brasil.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) publicó el dato de expansión económica de Colombia para todo el 2015. El gobierno y los analistas estaban esperando una tasa del 3 por ciento en promedio de crecimiento para todo el año anterior. Y el Banco de la República recientemente disminuyó la proyección de crecimiento a entre 2 y 4 por ciento, con un 3,6 por ciento como cifra más probable.

Para entender la cifra anual debemos remontarnos a lo que pasó con Colombia en años anteriores y por supuesto también lo que está pasando con los países de la región. Por ejemplo, Colombia creció en el 2014 un 4,6 por ciento, impulsada por la construcción que por ese entonces creció 9,9 por ciento, seguida por las actividades de servicios sociales con un 5,5 por ciento. Y si vemos lo que pasó en el 2013, esa cifra ascendió a 4,9 por ciento.

Pero esos tiempos comienzan a quedar atrás. El escenario ha cambiado bastante básicamente por la caída de los precios de las materias primas y en especial del precio del petróleo, que es la principal fuente de divisas de Colombia. El crudo se ha desplomado en un 70% desde que tocó un pico a mediados de junio de 2014. Ha pasado de más de 100 dólares por barril a un promedio de 30 dólares, con alta volatilidad, porque incluso ha tocado los 25 dólares. Y antes de que cayera el precio del crudo, este representaba más de la mitad de las exportaciones de Colombia. Y eso significa que ahora entran muchos menos dólares por ese concepto. Y cuando el gobierno se enfrenta a este escenario, debe ajustarse el cinturón. Y por esa vía es que el país comienza a crecer menos.

En cuestión de muy pocos años, el gobierno ha visto una drástica caída de sus ingresos. En 2013, el gobierno recibía 22 billones de pesos por petróleo vía impuestos y dividendos de Ecopetrol en donde el gobierno es dueño del 88 por ciento. Y este año por ese mismo concepto va a recibir menos de 1 billón de pesos. El derrumbe de los precios del petróleo le ha pasado una grande factura a Ecopetrol. La compañía reportó una pérdida de 3,98 billones de pesos en el 2015, aunque también la afectaron los ataques de la guerrilla a sus oleoductos y la aplicación de normas de contabilidad internacional.

Según los analistas, a Colombia le vienen fuertes ajustes. Léase: reforma tributaria, reforma pensional, recorte de gastos, reducción del déficit comercial, etc. Y eso pasará en un escenario hostil para el ciudadano de a pie, que ha visto cómo la inflación, que en el último año está en 7,59 por ciento, le pesa en su bolsillo cada vez que va a hacer mercado. Recientemente, también el Dane reveló que Colombia registró una inflación de 1,28 por ciento en febrero, y esa es la cifra más alta para ese mes en los últimos ocho años. Para no ir más lejos, el país registró una inflación de 6,77 por ciento en 2015, la más alta de los últimos siete años. El alza del dólar y el Fenómeno del Niño han sido los dos grandes protagonistas de estas cifras. Y también serán en parte las razones del paro nacional que están preparando las centrales obreras para el 17 de marzo.

Como si fuera poco, en enero el desempleo en el país volvió a los dos dígitos. La medición nacional (que incluye los campos) subió a 11,9 por ciento, y el desempleo urbano (ciudades) subió a un 14,1 por ciento.

Cuando nos comparamos con nosotros mismos, el panorama es para muchos desalentador. Pero cuando se mira el crecimiento de Colombia frente a lo que está pasando en la región, el escenario cambia. Excepto por un caso en particular, Panamá, que creció un 5,8 por ciento en el 2015, impulsada por las actividades portuarias, financieras y el turismo, cuando se mira a Chile y Argentina resulta que estuvieron creciendo apenas un 2 por ciento en el 2015. Y Brasil y Venezuela no crecieron sino que decrecieron. Un 3 por ciento y un 5 por ciento respectivamente.