El movimiento progresista en medio de la temprana campaña a la Alcaldía de Bogotá afronta la que sería la primera gran crisis interna de cara a las elecciones de octubre de 2015. El anuncio de Guillermo Alfonso Jaramillo de abstenerse del método de elección del candidato progresista muestra a primera grieta al interior del movimiento.
Después de que fuera anunciado el método de elección del candidato a la Alcaldía Mayor de Bogotá por el progresismo, en la entrevista que diera Hollman Morris a Confidencial Colombia y que consistirá en una encuesta entre los tres precandidatos, Guillermo Alfonso Jaramillo, otro de los precandidatos internos del movimiento que representa a la administración de Gustavo Petro, anunció en el programa la Movida de Bogotá, que dirige el periodista Manuel Salazar, que se abstendrá de participar en dicha elección interna.
Las razones dadas por Jaramillo obedecen a posibles favorecimientos a la campaña de Hollman Morris. En ese mismo sentido varias fuentes consultadas por Confidencial Colombia y que son cercanas al proceso de elección interna han manifestado que hay un creciente malestar por cuenta de el favoritismo que estaría sintiendo Petro por Morris y que haría que el proceso de elección interna perdiera todo efecto. Esto coincide con las declaraciones dadas por Jaramillo. Además, en algunos sectores existe la sensación de que Canal Capital, del que Morris fue gerente estaría exponiendo a este más que a los otros dos.
Sumado a lo anterior, las mismas fuentes señalan que Jaramillo estaría más interesado en una consulta interpartidista con movimientos y sectores alternativos y de izquierda que una “consulta“ interna de los progresistas. De esa manera se estaría buscando que la Alcaldía de Bogotá se quede en la izquierda. Una estrategia similar a la propuesta por David Luna, en la que la Unidad Nacional y el uribismo se unirían para evitar un nuevo mandato de la izquierda en Bogotá; una situación que sería similar a la vivida en las pasadas elecciones presidenciales. Además, Guillermo Alfonso Jaramillo tendría en esa consulta interpartidista, que no estaría mediada por la influencia directa de Petro, mayores posibilidades de aspirar a la Alcaldía. Sería, como lo expresó una de las fuentes consultadas, “una campaña petrista por fuera del petrismo”.
Por su parte María Mercedes Maldonado, la tercera precandidata a la Alcaldía por el progresismo estaría pensando en encabezar la lista al Concejo de Bogotá de no resultar elegida como la candidata oficial del movimiento. Sin embargo, la misma María Mercedes Maldonado desmintió esas versiones, reiterando que su aspiración a la Alcaldía es sólida.
De manera paralela a esta situación también se rumora en círculos cercanos a la administración Petro que el MAIS (Movimiento Alternativo indígena y Social), a quien acudirían los progresistas para lograr participar en las elecciones de octubre, por cuenta de su falta de personería jurídica, habría declinado esa posibilidad. La razón que habría motivado la negativa es que se se habría plateado que el nombre del movimiento pasaría a ser Mais-Progresista, algo que los miembros del movimiento no contemplan porque sería entregarle el Mais a Petro. Sin embargo, los acercamientos continúan ya que la estrategia de recoger firmas para consolidar la candidatura progresista no es algo que termine de convencer.
Así las cosas, el sector político que respalda al alcalde Gustavo Petro vive su primera crisis de cara a las elecciones locales de octubre que mostrarán si Bogotá decide tener un segundo mandato de este movimiento.