La Selección se juega la clasificación en dos partidos donde es obligatorio obtener los seis puntos. La victoria -y la goleada- están al alcance de la mano contra Bolivia. Contra Ecuador, rival directo en los puestos que dan acceso al Mundial de Rusia, los de Pékerman se juegan la vida.
Desde hace unos partidos Pékerman ha parado su proceso de renovación en la Selección y ha recurrido a piezas que fueron vitales en el pasado. Buscaba jerarquía y peso en el equipo. Visto los buenos resultados que le dio con Aguilar y el regreso del mejor Falcao, en esta convocatoria ha ido un paso más allá y ha llamado a Pablo Armero para reforzar una banda izquierda que desde hace tiempo es su nuevo rompecabezas.
Ha probado a en esa posición con Fabra, Balanta, Darwin Andrade y Farid Díaz. Este último es el que más confianza le ha dado a Pékerman, sin llegar a enamorarle. Es uno de los déficits del equipo, junto con la sequía goleadora de los delanteros, que llevan más de seis partidos sin ver puerta. Aún es una incógnita el rol que va a ocupar Mi nía en su vuelta al combinado nacional, pero lo que es un hecho es que Pékerman recurre a viejos pesos pesados para el momento más delicado de la eliminatoria.
La Selección camina en la cuerda floja. Actualmente fuera de los encuentros que dan la clasificación al Mundial de Rusia, es casi imperativo obtener los seis puntos de estos dos próximos partidos. El primero aparenta ser bastante asequible, Bolivia ni siquiera ha anotado en el Metropolitano y no debería suponerle mayor dificultad al nivel de los componentes de la Sele.
Pékerman saldrá con todo su arsenal y la duda está en si sacará el 4-2-3-1, que tan buen rendimiento le ha dado de local, u optará por el viejo 4-4-2, que muchos jugadores le han pedido de vuelta. En ambos esquemas, James sería el eje, solo que en el segundo partiría desde la derecha, más obligado en labores tácticas como en el Madrid. Hasta el momento a Pékerman le ha funcionado con más libertad, en la posición clásica de ’10’, pero nada es descartable con un rival de baja exigencia como Bolivia. La opción de sacar dos delanteros y aprovechar el buen momento de Borja, Zapata y Bacca para borrar la sequía goleadora está en el tintero.
Pero de los dos encuentros hay uno que el equipo tiene marcado en rojo y es el de Ecuador del próximo martes. Los jugadores de la Selección saben que en Quito se jugarán gran parte del pase contra un rival directo en la eliminatoria. No hay excusas. Aquí se abre una nueva variante para el DT, con el invento parecido a un sistema de autodefensa que ha probado en varios encuentros de visitante durante las eliminatorias. Con tres volantes más bien de contención en el medio y tres balas en la delantera para buscar la contra.
La fórmula le sirvió en todos los encuentros hasta el último de Argentina, donde la Selección cayó goleada en Rosario. En esa ocasión, los albicelestes encontraron una autopista por la banda izquierda, sin culpar únicamente a Balanta de la catástrofe en una posición donde está más expuesto por su lentitud en los movimientos. Quizá aquí juegue un papel vital la vuelta de Armero, con un jugador de más experiencia que le dé más seguridad al DT.