Se conocieron en una discoteca de París en 1989. Desde entonces no se han separado. Dicen que ella fue la gran aliada de Florentino Pérez para que fichara por el club blanco. Tienen cuatro hijos y todos juegan en las categorías inferiores del Real Madrid.
“Quiero tener a Zidane, pero su mujer es la que manda. El problema es ella y yo no puedo hacer nada al respecto. Zidane está bajo el control de su esposa”, declaraba el poderosos Giovanni Agnelli, expresidente de la Juventus de Turín, al diario italiano ‘La Stampa’ en 1999, cuando el Real Madrid fichó al jugador francés.
El también expresidente de Fiat se refería a Véronique Fernández Ramírez –Véronique Zidane desde 1983, cuando se casaron–, la nueva primera dama del vestuario del Real Madrid. Tras la destitución de Rafa Benitez como primer entrenador del club blanco y el nombramiento de Zinedine Zidane como nuevo mister, la ‘española’ se ha convertido en la nueva ‘jefa’ del club blanco.
Se conocieron en 1989, en una discoteca de París. Un amigo en común les presentó y desde entonces “la vida cambió para ambos”, señalan a Vanitatis fuentes cercanas a la pareja. “Ella tenía 19 años. Él, 17 y ya era una promesa del fútbol francés”. No se han vuelto a separar. Los que conocen a Zidane tienen muy claro el amor y el respeto que se procesan mutuamente. Tanto es así que “Véronique ha tenido muchísimo peso en la carrera deportiva de Zizou. Siempre se ha dicho que fichó por el Real Madrid por deseo de ella, entre otras cosas. Que si hubiera dependido de él no hubiera venido a España para terminar su brillante carrera como futbolista. Véronique fue la mejor aliada de Florentino Pérez para que uno de los mejores jugadores del mundo firmara por el Real Madrid. Todo hubiera sido más difícil, o incluso imposible, sin los deseos de Véronique de venir a España”, aseguran a este medio.
Zizou contestó a aquellas declaraciones del Agnelli: “La familia es lo primero para mí. Y los míos no están bien en Turín. Mi mujer es española, de Almería, y desea volver a su mar andaluz”. Venía a confirma así lo que decía L’Avvocato y lo que indican a este medio personas del entorno de jugador.
Los dos son hijos de emigrantes
La mujer de Zidane es hija de Antonio Fernández Lentisco y Ana Ramírez Martínez, humildes emigrantes de El Chive, una barriada del municipio almeriense de Lubrín, que pusieron rumbo a Francia porque el campo andaluz no les daba ni para comer. Se asentaron en Rodez, del departamento de Aveyron, donde también vivieron sus penurias. De allí es Véronique, como su hermana Sandrina. Fue allí también donde ejerció de majorette, llegando a ser la capitana del grupo.
Tras aquella tarde de 1989 en la que les presentaron, fue ella la que se ajustó a los planes de él. Se marchó a Cannes, donde Zizou jugaba por entonces. Ella estudió danza clásica y baile moderno y esa era su pasión. Luego llegó Burdeos. “Lo dejé todo para ir a Burdeos con mi marido. Yo siempre he seguido sus pantalones en todos estos años, y he sido muy feliz de hacerlo. Valió la pena abandonar la danza clásica por él”, declaró en una entrevista concedida a ‘La Stampa’. De allí, a Turín, donde el descendiente de emigrantes argelinos se convirtió en el futbolista del momento. Fue entonces cuando Florentino Pérez llamó a la puerta del marido de Verónica y se convirtió en el fichaje más caro de la historia. “Dejará la Juve por amor a Véronique”, titulaba un periódico local de la capital del piamonte.
Zizou, un hombre de familia
Ya lo dijo él: “La familia es lo primero para mí”. Y así es. Los que le tratan le califican de “un hombre muy familiar”. Zidane es una de las estrellas del fútbol más estables sentimentalmente. Véronique y él tienen cuatro hijos: Enzo, Luca, Theo y Elyaz. Todos ellos se han propuesto que el apellido Zidane se convierta en una saga de grandes futbolistas.
Los cuatro juegan en las categorías inferiores del Real Madrid y quienes saben de esto dicen que por méritos propios. Los científicos tienen una explicación para esto: los genes. El que más proyección tiene es Enzo (20), uno de los capitanes del Castilla, el segundo equipo del Real Madrid. De hecho, hasta que este lunes el francés ha sido nombrado entrenador de la primera plantilla, Enzo jugaba a las órdenes de su padre. Su nombre, que se lo debe a la estrella de fútbol uruguaya Enzo Francescoli, suena cada vez con más fuerza.
Luego está Luca (17), que, al contrario que el resto de la saga Zidane, ha preferido ponerse los guantes y situarse bajo los palos. Sus cualidades no han pasado desapercibidas y en el club blanco le tratan como uno de los guardametas con mayor proyección de la cantera. Los otros dos hermanos, Theo (13) y Elyaz (10), todavía son algo pequeños para saber de su futuro, aunque ya despuntan en sus respectivos equipos.