“El examen es concluyente, la muerte del patrullero fue un accidente”, afirmó Carlos Valdés, director de Medicina Legal, en rueda de prensa la noche del martes, luego de que la entidad realizara un estudio en el cuerpo de Jairo Díaz, uniformado de la Policía Nacional.
La muerte violenta accidental se produjo el mismo día de la desaparición de Díaz y se descartó cualquier indicio de trato degradante o tortura: “El tiempo de muerte, corresponde al tiempo de desaparición, es decir 9 días”, señaló Valdés.
“El resultado de la muerte es directo y como consecuencia a una serie de lesiones por elemento contundente, presentadas en el hemicuerpo izquierdo y con un patrón de caída desde altura, el Instituto ha descartado cualquier hallazgo de lesiones que hubiesen sugerido cualquier trato inhumano, cruel o degradante o tortura, se ha descartado cualquier otra situación”, señala el comunicado de Medicina Legal.
El policía estuvo desaparecido durante 10 días y su cuerpo fue encontrado con su uniforme puesto, su arma de dotación y bastón de mando, la tarde del martes 4 de enero en un caño ubicado en la calle 163a con Cra. 4ª al norte de Bogotá, muy cerca al lugar donde fue visto por última vez.
Sin embargo, el reporte de dicha Institución, no aclara por qué el patrullero perdió su chaleco antibalas y por qué este elemento fue hallado en un lugar donde las autoridades ya habían buscado.
La zona en la que desapareció tiene fuerte presencia de bandas delincuenciales como Los Pascuales, de las que el gobierno Distrital tiene conocimiento: “sabemos que existe una red de microtráfico y se ha tratado de establecer un control territorial en lo zona del Codito”, dijo el secretario de gobierno Guillermo Asprilla.