Con discursos diametralmente opuestos, Gobierno y Farc mandaron los primeros mensajes a la mesa de negociación que comienza el 15 de noviembre en La Habana. La discusión sobre el uso de la tierra y el desarrollo rural será el termómetro del curso del diálogo y se discutirá, según lo acordado por las partes, en primer lugar.
La instalación formal de los diálogos de paz fue el primer encuentro de una puja que no será fácil. Los primeros acercamientos generaron un panorama positivo en la opinión pública, pero los discursos de este jueves, sobretodo el del vocero de las Farc, dieron cuenta que en la mesa están sentados dos enemigos que han luchado por el poder durante más de 5 décadas.
Las palabras del expresidente De la Calle alimentaron el entorno de confianza con frases como “existen oportunidades reales para la paz”. El líder del equipo de negociadores del gobierno manifestó su “optimismo moderado” por los avances en la primera fase de negociación y por la labor de Noruega, país facilitador.
Sin embargo, cuando llegó el turno de las Farc, el país puso los pies en la tierra sobre el estado de las cosas. Iván Márquez comenzó hablando de las cifras de desigualdad, inequidad, pobreza y miseria que sumen al país en el tercer mundo.
Si bien afirmó que vienen a la mesa de diálogo “con propuestas y proyectos para alcanzar la paz”, dejaron ver su intención de darle solución a los “problemas políticos, económicos y sociales del conflicto”.
Las “paz express”, un concepto que se generó luego de que el gobierno nacional pusiera un lapso de ocho meses para desarrollar los cinco puntos de la agenda y firmar el fin del conflicto, no le suena a la guerrilla. “Eso solo conduciría a los precipicios de la frustración”, afirmó el comandante insurgente.
El analista de la fundación Arco Iris, Ariel Ávila, le dijo a Confidencial Colombia que este evento sirvió para darse cuenta que la negociación no va a ser fácil. “Esto no va a salir en 8 meses, como dijo el gobierno, la negociación es entre enemigos. Por eso no me sorprende lo que dijeron las Farc”
De entrada, la guerrilla dejó ver su pretensión de poner sobre la mesa expresiones de diálogo que permitan avanzar hacia un país donde haya una “profunda desmilitarización y se generen reformas que infundan democracia, justicia y libertad”.
Acto seguido, el vocero del grupo guerrillero se adentró en el tema de la economía y el desarrollo rural. “No se puede hacer una política para los ricos, sino para los pobres que son el 70 por ciento de la población”, dijo Márquez y presentó algunas cifras sobre la realidad del campo y el empleo en Colombia.
La guerrilla sabe, y así lo hizo ver, que el conflicto de este país pasa por la tierra. “El problema de tierra es causa histórica de confrontación de clases en Colombia, que nos obligó al alzamiento armado y a la heroica resistencia” señaló el comandante del bloque Caribe de las Farc.
El movimiento campesino en las zonas de colonización, donde hizo presencia fuerte el grupo guerrillero, insistieron desde la década del 60 y 70 en una reforma agraria bajo el lema “la tierra pa´l que la trabaja”, y desde entonces han luchado por redistribuir las hectáreas productivas de la nación.
Por eso gran parte de los 34 minutos que duró el discurso de Iván Márquez fue dedicado al tema de la tierra. “La tierra es el territorio. Un todo indivisible y el centro de la lucha de las Farc” dijo, y encaminó sus palabras hacia la crítica al modelo de desarrollo y las políticas de reparación a los despojados por el conflicto.
“La titulación de tierras es una trampa, encarna el despojo legal, los campesinos no tienen más remedio que vender o arrendar a las transnacionales a los que solo les interesa el saqueo de los recursos minero-energéticos”, dijo Márquez.
Para el director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (COHDES), Marco Romero, existe desde hace tiempo un consenso en los sectores sociales, algunos cercanos a las Farc, la necesidad de “cambiar el modelo de desarrollo latifundista e industrial”.
Respondiendo a esta demanda, y en un discurso “para sus bases sociales”, según Ávila, Márquez afirmó que la política de titulación de tierras del gobierno actual “obligará al campesino a vender o arrendar su tierra a las compañías transnacionales” y los llevará, en el mejor de los casos “a una renta miserable”.
“La ley de tierras y desarrollo rural es una manera de abrirle campo a la economía extractiva en contra de la economía campesina y en desmedro de la soberanía alimentaria y el mercado interno”, afirmó el comandante guerrillero.
La explotación indiscriminada de las compañías extranjeras y la política de locomotoras del gobierno actual es, según las Farc, el empujón que da el país hacia la extranjerización de la tierra y el desastre ambiental. Para Márquez, “el mapa minero-energético está por encima del de la economía agraria”.
Y la titulación “no es más que la legalidad que pretende lavar el rostro ensangrentado del despojo, que durante décadas ha venido ejecutando el terrorismo de Estado”. Según el líder insurgente, a la Orinoquía colombiana han llegado “que ningún derecho tienen sobre esa tierra. Solo quieren clavar sus garras en el Oro, el petróleo, el Coltan, el Litio, explotar los proyectos agroindustriales y las tierras de la altillanura”.
Las Farc, según el vocero, no se oponen a una verdadera restitución de tierras. Este proceso debe “aludir directamente a las tierras que fueron arrebatadas a campesinos, indígenas y afrodescendientes, y no baldíos raizales y distantes a sus tierras”, de acuerdo con el discurso pronunciado por Iván Márquez este jueves en Oslo.
La guerrilla saludó los “ejemplos de resistencia” por parte de trabajadores de la represa del Quimbo, de Pacific Rubiales, de Marmato, del páramos de San Turbán y de indígenas del Cauca y dijo que en Colombia “no hay economía nacional”.
Desde el 5 de noviembre, día en que se realice la primera reunión entre negociadores en La Habana, comenzará a desenredarse el nudo del conflicto armado en Colombia: la distribución de la tierra.
“En el tema agrario puede caber todo o puede no caber nada, el curso de la mesa dará el sentido de la discusión”, señaló el investigador Ávila. Gobierno y Farc saben que gran parte del éxito de los diálogos depende de lo que se discuta en la primera temática de negociación.
Las cifras de las Farc
Según el grupo guerrillero, esta es la realidad del campo en Colombia:
– Colombia es el tercer país más desigual del mundo
– Más de 30 millones de colombianos vive en la pobreza
– De 114 millones de hectáreas, 28 están asignadas a la explotación petrolera, 11 a la minería.
– Del área cultivable del país, 21.5 millones de hectáreas, solo 4.7 están dedicadas a la agricultura.
– Colombia importa 10 millones de toneladas de alientos.
– El coeficiente Gini , indicador de desigualdad en el mundo, para Colombia es de 0.89