Nuevamente se encienden las alarmas en todo país tras los episodios de violencia que han vivido miembros de la Unión Patriótica, de la Marcha Patriótica y de otras organizaciones sociales de izquierda que han puesto en peligro su integridad y han amedrentado sus labores, sobre todo en las regiones. Recientemente la presidente de la UP, Aida Avella, denunció en Confidencial Colombia la reactivación del paramilitarismo que llega con una estrategia de asesinatos sistemáticos contra sus militantes. Mientras que David Flórez, vocero nacional de la Marcha Patriótica, congregó a varios de sus integrantes la semana pasada en la Fiscalía.
En comunicación con la periodista Salud Hernández-Mora, columnista de opinión en El Tiempo y corresponsal del diario español ‘El Mundo’, Confidencial Colombia quiso ahondar sobre esta situación y sobre las preocupantes denuncias que hacen los líderes políticos de izquierda más importantes del país.
Uno de los retos más grandes que tendrá que afrontar el Gobierno de cara al posconflicto será el tratamiento que se les dará a los denominados neoparamilitares. Human Rights Watch en Colombia hizo un seguimiento a la desmovilización masiva de paramilitares que se llevó a cabo entre 2003 y 2006 y el organismo asegura que “Los grupos se encuentran activos en muchas de las mismas regiones en las cuales tenían presencia las AUC, y operan en forma similar a estas: controlan territorios mediante amenazas y extorsión, participan en narcotráfico y otras actividades delictivas y cometen abusos generalizados contra civiles”.
Por su parte, Hernández-Mora asegura que actualmente “no existe una estrategia, no existe un grupo paramilitar o un ejército anti-restitución de tierras; existen muchos intereses dinamizados por ahí, entonces cada muerte obedece a una situación distinta, es decir, habrá gente que la maten porque no quiere la paz –puede ser- pero ¿quién es esa gente? no sabemos (…) lo normal es que los crímenes obedezcan a intereses concretos”.
Para el organismo internacional HRW el surgimiento de los grupos sucesores era predecible, en gran parte debido a que el gobierno colombiano no desmanteló las estructuras criminales de las AUC, ni sus redes de apoyo económico y político durante las desmovilizaciones. Al respecto la periodista colombo-española asegura que es imposible que exista una organización criminal similar a la que azotó el país con ejércitos de más de 30 mil combatientes, pues es un despliegue que cuesta mucho dinero.
“Es más barato contratar una banda criminal que te mata. Formar una estructura nacional cuesta muchísimo dinero y quién puede estar interesado. Lo que pasa es que si hay un reclamante de tierras, de esos que organizan 20 ó 30 personas, y el criminal se está fastidiando con 2 tierras, matas a ese líder y se deshacen del problema”, aseveró.
Para Salud Hernández sí existe una estrategia que “consiste en demostrar que la única actividad criminal que se hace en este país, la hacen los paramilitares y Santos avaló eso. Es una estrategia más grande que un crimencito aquí o un crimen allá, es demostrar que aquí los únicos violentos son los paramilitares y que el paramilitarismo no lo desmovilizó Uribe; el paramilitarismo no existe”.
Uno de los episodios más representativos de la reciente ola de violencia contra líderes de izquierda fue el asesinato de 2 líderes campesinos en San Vicente del Caguán en Caquetá. La Fiscalía abrió investigación en contra del Alcalde de este municipio, Humberto Sánchez, pues, al parecer, el burgomaestre local habría publicado 2 días antes del atentado información falsa sobre las víctimas. La tesis del ente investigador sugiere que los crímenes fueron causados por hechos de “estigmatización”.
Al respecto Hernández aseguró que la estigmatización no sólo es una problemática que le atañe a las regiones, pues es un fenómeno que sucede hasta en Bogotá. Afirmó que “claro que ha habido estigmatizaciones, de lado y lado. Al alcalde de San Vicente le llaman paraco, dicen que está detrás de crímenes porque es del Centro Democrático. Si tú eres un ganadero de Córdoba y te matan, tú eras un paramilitar y si eras un campesino de la zona del Patio eres poco menos que un guerrillero (…) las estigmatizaciones salen de lado y lado, de todas partes”.
Finalmente, dijo que a las bandas criminales les interesa ingresar a un proceso de desmovilización con el Gobierno “porque están pensando que en algo los puede beneficiar”.
