La verdadera historia del penal de Cruyff

Homenaje o no, la pena máxima cobrada y convertida ‘entre dos’ por Lio Messi o Luis Suárez, ante el portero Segio Álvarez del Celta de Vigo, tiene un antecedente que va más allá del genio holandés e ídolo del club catalán. Confidencial Colombia cita al escritor argentino Luciano Wernicke, para explicar la historia de esta particular jugada.

Cabe notar que el reglamento actual del fútbol convalida este tipo de jugadas, teniendo en cuenta que sí no hay invasión de área: el balón siempre queda en juego después de pateado, salvo que el designado a cobrar lo mande fuera o que el portero lo asegure con sus manos.

Según el reconocido escritor argentino Luciano Wercnicke, el primer registro de un penal cobrado ‘entre dos’ data de 1957. En su libro Historias Insólitas del Fútbol (Un yerro magistral; pag 15, 16 y 17), Wernicke nos revela los detalles de la popular jugada de Cruyff en 1982, y sus antecedentes:

“La historia es teminante. Si se penal y la pelota no ingresa al arco, al jugador se le computa el tiro como “errado”. No importa el balón pega en el arquero y, de rebote, el ejecutante lo manda a la red: el disparo de los 11 metros se juzga ineficaz. Más los verdaderos apasionados al fútbol saben que la matemática puede ofrecer mucho en cuento a números y cálculos, pero no entiende nada sobre belleza.

El 5 de diciembre de 1982, Amsterdansche F.C. Ajax drrotaba 1-0 en su estadio, Amsterdam Arena, a Helmond Sport por la Premier League holandesa. Hacia el final de primer tiempo, el danes Soren Lerby fue derribado dentro del área por el volante visitante Harry Lubse y el árbitro Jan Manuel otorgó la pena máxima para Ajax. El genial Hendrik Johannes Cruijff (Johan Cruyff para los amigos) colocó la pelota en el punto marcado con cal para ejecutar el tiro libre directo.

Sin embargo en vez de disparar hacia el arco defendido por Otto Versfeld, tocó con suavidad hacia la izquierda para la entrada a toda velocidad de otro dinamarqués, Jesper Olsen. Olsen amargó con sacar un zurdazo fulminante mas, con sutileza, devolvió el balón a Cruyff, quien marcó a puerta vacía mientras Versfeld desconcertado, se desparrataba junto al palo. ‘Yo no estaba seguro de que fuera a funcionar -recordó Olsen años más tarde, durante una entrevista-. Fue algo completamente diferente’. El árbitro dudo porque, obviamente, nunca había visto algo así. Pero convalidó el gol”.

La hermosa jugada (muy popular en Youtube) ocupa el podio de todas las listas de los mejores penales de la historia, ¡aunque no fue convertido! A Cruyff poco debe importarle que los ortodoxos estadistas le computen esa maravilla como un disparo errado. Si es justo destacar que el holandés no fue su inventor.

El primer registro oficial para este tipo de maniobra corresponde a un partido de eliminatoria para el Mundial de Suecia 1958, entre Bélgica e Islandia. El 5 de junio de 1957, en Bruselas, mientras el seleccionado local derrotaba 6-1 a la escuadra nórdica, el árbitro luxemburgués León Blitgen marcó un penal para Bélgica. El goleador Rik Coppens tomó carrera y se perfilo para rematar, pero tocó hacia su derecha para su compañero André Piters, quien devolvió la pared para que el “9” convirtiera el séptimo gol.

En Inglaterra, una treta parecida fue ensayada el 6 de febrero de 1961 por Plymouth Argyle F.C. en su estadio Home Park ante Aston Villa F.C., en un choque por la League Cup. Argyle perdió 3-5, pero al menos patentó esta artimaña en Gran Bretaña con una variante: Wilf Carter tocó hacia Johnny Newman, quien marcó cuando el portero Nigel Sims se revolcaba por el suelo. Newman repitió con pexito la jugarreta ante Manchester City F.C., el 21 de noviembre de 1964, en un duelo de la segunda división. Argyle ganó 3-2 y fue justamente esta martingala la que permitió anotar el tanto de la victoria. En esta oportunidad, Newman doblegó al arquero Harry Dowd tra un toque de Mike Trebilcock.

Muchos años más tarde, el 22 de octubre, Manchster City debió enfrentar de nuevo un penal con toques, aunque esta vez el resultado fue diametralmente opuesto. En el estadio londinense Highbury, dos franceses de Arsenal F.C., Robert Pires y Tierry Henry, intentaron cristalizar en la red la jugada que tanto habían ensayado esa semana. Mas Pires, tal vez nervioso, sólo rozó la pelota, que casi no se movió del punto de cal mientras Henry corría en vano hacia adelante.

Para empeorar la cosa, cuando la defensa visitante ya se le había lanzado encima, Pires repitió el toque: no acertó a su compañero y encima, obligó al referí Mike Riley a sancionar un indirecto para Manchester City porque el torpe ejecutante había pateado dos veces un tiro libre sin que la pelota fuera tocada por otro jugador. Muy enojado, el técnico del Arsenal, el también galo Arséne Wenger, regonzó minutos después del partido, durante la conferencia de prensa, que ‘Robert cometió un gran error, tuvo una descisión equivocada’. El enfado del entrenador estaba harto justificado: su equipo acabada de perder 0-1″