Las ‘caricias violentas’ de Patricia Rodríguez

La escritora Patricia Rodríguez regresó a la Feria del Libro de Bogotá para presentar su más reciente texto literario; ‘Caricias violentas’, un libro que trata “de darle voz a las mujeres que no la tienen” y que completa la trilogía de la que también hacen parte los títulos ‘Viólame suavemente’ y ‘Virginidades vendidas’.

En palabras de Rodríguez, ‘Caricias violentas’ “cuenta la historia de amor de una pareja que termina odiándose”, una situación común en nuestra sociedad, ya que según la autora en Colombia “no sabemos amarnos (…) y terminamos reclamando muchas cosas como los celos y la posesión -la mujer como objeto-, a las patadas, a los golpes…”

Al respecto la autora del texto afirma que “es igual de peligroso un golpe que una disculpa (…) no es simplemente que ella se quede por miedo, sino porque tiene la promesa que las cosas van a cambiar. Entonces estamos hablando de un proceso que va de la mano de una sociedad que te dice: ‘quédate al lado de tu esposo, porque la responsabilidad está sobre tus hombros”.

Y hace hincapié en que “los latinoamericanos no sabemos amarnos, nos enseñan que una forma de expresar amor son los celos -por ejemplo-, cuando no hay nada más falso que eso, y empezamos a crear dinámicas de pareja que van de la mano del drama como una forma del amor”.

Dicho comportamiento, explica Patricia Rodríguez, “es culpa de la sociedad que alienta a los hombres a tratar a las mujeres como objetos y a las mujeres a considerarse un objeto en una relación”.

Por ello, sin miedo a equivocarse asevera que para cambiar “se necesitan mujeres quitándose la adicción de la narcoestética, necesitamos mujeres que dejen de considerarse objetos que dejen de comportarse como un objeto, que dejen de venderse por Facebook, porque de ahí parte todo”.

Asimismo, hace un llamado para que los “hombres que se interrumpan mutuamente cuando se están haciendo comentarios sexistas”, con el fin de “que la cultura del machismo frene”. Ya que “pensar que la iglesia y el Estado y las grandes instituciones tienen la responsabilidad, es perder el tiempo, acá lo que tenemos que hacer es un cambio cada uno de nosotros y si no lo estamos haciendo, debemos saber que cada uno de nosotros está siendo cómplice”.

Finalmente la escritora Rodríguez recuerda que “la violencia intrafamiliar no tiene predilección por raza, ni siquiera por sexo (también hay hombres que son abusados por mujeres), no hay discriminación económica, ni de religión, ni de nacionalidad, eso pasa en todas partes, cualquiera de nosotros puede ser víctima de eso”.

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