Un canto a la vida, a la libertad, a la dignidad y a la esperanza. Así es la película La tierra y la sombra para su director César Acevedo, quien en conversación con Confidencial Colombia habló sobre su trabajo autobiográfico, los sucesos que lo llevaron a luchar -a través del cine- contra el olvido, sus creencias, espiritualidad y sus apegos.
«Es un gran honor. Quiero agradecer al jurado y a todas las personas que hacen que exista este festival. Quiero agradecer a La Semana de la Crítica por su amor por el cine. También quiero agradecer al equipo de la película, que hizo posible que existiera. Quiero dedicar este premio a todos los campesinos de Colombia. Ellos son los héroes de ese país. Quiero que sepan que no están solos».
Esas fueron las declaraciones que el guionista y director caleño César Augusto Acevedo dio el 24 de mayo del presente año, luego de recibir la estatuilla que lo acreditó como ganador del premio Caméra d’Or (“Cámara de Oro”) del Festival de Cannes.
Con el largometraje ‘La tierra y la sombre’, el cineasta pasó a la historia al convertirse en el primer colombiano que gana dicho premio creado desde el año 1978 y que reconoce y destaca la mejor opera prima dentro de La semana internacional de la crítica del Festival.
Seleccionado entre 1.100 películas para competir por la Cámara de Oro en el mayor certamen del mundo, la cinta también fue retribuida con el PremioSACD de la sociedad de autores, el France 4 Visionary Award o premio revelación y el Le Rails d´or, premio del público.
La película, sin duda una de las más esperadas por los colombianos, será la cinta inaugural del Festival de Cine Independiente de Bogotá IndieBo del 16 al 26 de julio y llegará a salas de cine a partir del 23 del mismo mes.
ConfidencialColombia habló con el director de la cinta sobre el momento en que surge la idea de la película, sus motivaciones y construcción de la misma a través de sus recuerdos, fantasmas y anhelos; sobre la carga emocional hecha imagen y sonido; sus ataduras a la vida, creencias y proyectos por venir.
Confidencial Colombia: ¿Qué estaba pasando en su vida cuando nace la idea de hacer La Tierra y la sombra? y ¿Por qué hablar en la cinta de algo tan persona como es el dolor y la pérdida de un ser querido?
César Acevedo: Yo estudié en la universidad comunicación social y periodismo, pero hay un énfasis en audiovisual en la escuela en la que estudié y me fui por ese lado. Empecé haciendo luces, fotografía y cuando pasaron estos episodios en mi vida, como la ruptura de mi familia y la soledad que eso me provocó, surgió en mí una necesidad de expresar todo eso porque quería recuperar a las personas más importantes de mi vida y era una forma de hacerle frente al olvido.
C.C:¿Qué recuerdos de su infancia están inmersos en la película?
C.A.: Con la película yo tomé un poco de distancia con mi historia personal, porque yo llené esa casa con mis fantasmas y no lograba darles una voz a esos personajes. Así que quería que esta película le llegara a todo el mundo, que la gente se conectara. Siento que La tierra y la sombra realmente es una historia que está construida muy orgánicamente, que el espectador la entiende, no necesita conocerme a mí ni a mi historia.
Pero para mí sí tiene unos sentidos, unos significados diferentes porque yo reconstruí partes de mi memoria ahí. La escena donde el abuelo le enseña al niño el canto de los pájaros eso lo viví yo con mi papá, también lo que es la enfermedad, la cercanía por medio del dolor, aprender a elevar cometa, son cosas que para mí son muy personales pero que cuando un espectador se enfrenta a la película, realmente ese universo funciona por sí solo.
C.C.: La película está muy cargada de emociones, ¿Cómo fue el trabajo de dirección con los personajes?
C.A.: Desde un principio quise apuntar más a los sentimientos que a los acontecimientos. Es una historia de una familia que está rota, que tiene una última oportunidad de reparar sus relaciones antes que tener que separarse, y la forma en la que está construida la película –su montaje, su ritmo- es parte de la emocionalidad, de la instancia de esos personajes; la instancia entre los cuerpo y los sentimientos. Y al ser unos personajes que no pueden expresar con palabras lo que sienten porque a veces ni sospechan lo que llevan dentro, para mí era muy importante que el tiempo y el espacio crearan una atmosfera de ese vacío y esa opresión y que los obligara a develar esas pasiones internas poco o poco, que creo que es algo que logra muy bien la película, que es transmitir las emociones de otra manera.
Me interesaba que el sentido se construyera a través de imágenes y sonidos y que el espectador sintiera que aquello que está viendo no se agota en lo que se representa visualmente, sino que hay un sentido más profundo. Cuando la gente sale de ver la película sabe que está llena de signos, de metáforas, de alegorías y que siempre vas a descubrir algo más a medida que pienses en ella. Eso es lo que más me gusta de este tipo de cine, el acercamiento más poético a esa realidad.
C.C.: ¿Cómo escogió la canción de la película?
C.C: La cinta a través de los personajes habla del apego y de aferrarse a cosas materiales que están ligadas a un sentimiento de amor y de dolor como lo es aferrarse a la tierra. ¿A qué se aferra César Acevedo en estos momentos?
C.A.: Lo que dices de la película es cierto, como que hay un arraigo y un apego a las cosas, pero también hay una necesidad de ligarse por tratar de seguir viviendo, en este caso es un conflicto muy grande entre quien lucha por su tierra, por conservarla así no valga nada; y el que cree que hay que moverse para tener una vida mejor, más digna.
C.C.: ¿Cuál es la temática recurrente en sus trabajos?
C.A.: Yo creo que mi trabajo es muy político a pesar de no ser panfletario, trato de cuidar mucho eso. Me gusta tratar de acercarme a otros y entender un poco lo que somos y reflexionar. El cine es una herramienta poderosa para reflexionar y construir memoria y sobre todo en un país donde siempre está en riesgo la identidad de los pueblos. Los primeros dos cortos que hice tienen que ver con el conflicto pero están contados de una manera distinta.
Asimismo, hay un tema que me interesa mucho que es el silencio de Dios, trama que también he trabajado en uno de estos cortos y que espero seguir trabajando en la segunda película que estoy escribiendo.
C.C.: ¿Ha tenido la oportunidad de trabajar como asistente de dirección producción, fotógrafo y coproductor, ¿Qué ha podido aprender de sus colegas?
C.C.: ¿Cómo ve la evolución del cine y la misma ley de cine?
C.A.: Yo creo que nuestra cinematografía está en construcción todavía. Acá no podemos hablar de una industria. Nosotros hacemos películas pero no puedes hablar de una industria cundo hay tantos problemas de fondo, cuando no estamos organizados.
La ley de cine es muy importante y eso se nota en los números. Pasar de hacer una o dos películas al año, a 2015 que estrenamos 60 películas en carteleras, dice mucho pero tiene que haber un compromiso de todos los que estamos metidos en esto. El Estado por su parte ha apoyado el cine, ha creído en él y eso se muestra en su crecimiento, pero no solo es dar dinero para hacer las películas, también hay que acompañarlas y protegerlas cuando llegan a salas. Debería haber más compromiso de los exhibidores, como entender que nosotros no podemos competir al mismo nivel que las películas de Hollywood. Nosotros no podemos llenar ni tener la publicidad para captar tantos espectadores como quisiéramos.
Nuestra cinematografía esta tomando tanta fuerza porque estamos partiendo de nuestra identidad, entendiendo que el cine es una manera en la que podemos reconocernos a través de las imágenes y pensar no solo lo que somos sino como qué camino podemos seguir a través de nuestras historias. Por su parte el público tiene mucho prejuicio contra el cine nacional. Obvio han habido películas muy malas, terribles, que han afectado mucho la confianza del público, pero las cosas están cambiando y deberían entender que estas películas enriquecen su experiencia del mundo y de la vida, que los van a ayudar a conocerse y acercarse a otros. Eso es lo bello del cine, que nos hace más humanos. Entonces queda un camino muy largo por recorrer. No hay que cantar victoria ahora sino que realmente ahora que están pasando tantas cosas, que todos trabajemos juntos por tratar de mejorar.
C.C.: Háblenos de su próximo proyecto
C.A.: Voy a hacer una historia de violencia. Uno dice eso y ya empiezan a criticar, pero yo creo que no podemos seguir volteando la mirada. Si seguimos desviando nuestra mirada, nos vamos a quedar sin ningún lugar a donde ver. Yo quiero contar una historia de unas víctimas del conflicto que se ha vivido en este país, los fantasmas que emprenden un camino al cielo reconstruyendo su historia familiar y su historia de violencia y es reflexionar un poco como ese conflicto no solo ha destruido los cuerpos sino los espíritus porque creo que los muertos también merecen una oportunidad de hablar. No podemos seguir adelante silenciando esa historia que paso. Es un tema muy complicado, a veces como que me sobrepasa porque no es solo tocar una fibra sensible de nuestra historia, de nuestra sociedad, sino también por el tema que tiene que ver con cosmología, con religión, con el silencio de Dios. Así que no es fácil pero también para mí es un reto y explorar a través del lenguaje ese tipo de temas e historias que me interesan.
C.C.: ¿Es creyente o en qué cree?
C.C.: ¿Dónde está su espiritualidad?
Yo no tengo un Dios, yo creo en la gente. Yo trato de ser bueno porque creo que así el mundo debería ser de los justos y si Dios está en la naturaleza, en las flores, en el cielo, pues así lo veo yo, pero no le puedo dar un nombre.