Localmente global

Catalina Ortiz Lalinde @cataortiz1 El que no conoce su historia no la puede emular. Muy sobrio y sentido homenaje a los 100 años de Don Manuel Carvajal Sinisterra.

Por razones de cercanía con algunos miembros de su descendencia y otros influenciados por él, sabía de una que otra anécdota y muchas de sus enseñanzas en práctica por la forma como viven sus hijos, nietos y otros familiares. Conocía de su célebre rol en la creación del famoso magister para presidentes en la Universidad del Valle que dio lugar a una generación de gerentes con formación de “clase mundial” cuando ese término no estaba de moda.

También admiraba profundamente su sentido empresarial que llevó a que Carvajal fuera una de las empresas más innovadoras, internacionalizadas, y socialmente responsables, décadas antes que esos términos se popularizaran como deseables en el mundo empresarial. La creación de la Fundación Carvajal, es uno de sus legados que más me llena de admiración por lo que significó y sigue contribuyendo al desarrollo de Cali y el Valle del Cauca.

Pero lo cierto es que con el centenario de su nacimiento y el maravilloso libro que la familia lanzó para conmemorarlo me dio un poco de vergüenza lo poco que sabía de Don Manuel. No sabía que había sido clave en la creación de Fedesarrollo, Ecopetrol, la CVC, Anchicayá, la realización de los Juegos Nacionales, la construcción del Hotel InterContinental. No había dimensionado que antes que estuviera de moda hablar de lo importante de ser “local” en el sentido de ser profundamente anclado al entorno local, pero insertado con la vanguardia del mundo.

Don Manuel Carvajal era localmente global. Ayudó a insertar al Valle con lo más avanzado en pensamiento en el mundo y que esas ideas llegaran a Cali. No sabía lo significativa de su amistad con Peter Drucker y que era Drucker el que se sentía honrado de ser amigo de Carvajal y no al revés.

Si sabía que Manuel Carvajal y por eso muchos de sus herederos, nunca les gustó tener un alto perfil y “figurar”. Es algo contra lo que he peleado a través de los años. Entiendo y respeto el origen católico de la creencia que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, de un servicio desprovisto de vanidad y el valor de la humildad.

Sin embargo es tan profundo, tan elocuente y ejemplificador lo que logró hacer Manuel Carvajal en su vida, que es hora que se sepa más. Hay que leer el libro, pero hay que crear más formas de que su legado inspire y oriente a las empresas, empresarios y fundaciones. Me decía un amigo que sentía la misma admiración y frustración de no haber conocido más y que las enseñanzas no estuvieran presentes de forma explícita en la narrativa de la ciudad y del país y en nuestra cultura empresarial, que ¿porque no había un premio, una beca que estuviera basado en sus principios?

Un buen homenaje que se le puede hacer a Don Manuel es re-interpretar su legado tanto en la fundación como en la empresa que lleva su apellido. Innovación, foco, inserción global y profundo arraigo y compromiso con la ciudad. Manuel Carvajal nació hace 100 años, pero no lo hemos tenido de cuerpo presente desde 1971, asi que es apenas normal que los principios que planteó se hayan desdibujado en el diario vivir de esas organizaciones. Ojalá se retomaran con mucho vigor.

Sus principios y mantras de que el desarrollo es local, que el entorno empresarial importa, que siempre es mejor enseñar a pescar y no regalar el pescado, es sencillo pero muy poderoso y dignos de revistar con tanto asistencialismo que se encuentra en el Valle.

Yo no creo en los cultos a las personas, pero si a lo que representan. Cuando se celebra el día de Martin Luther King no es un culto a él pero si a lo que representó, o cuando se realiza la gala anual que se hace una fundación en Medellín para celebrar y resaltar las empresas nacientes o pequeñas de la ciudad que están saliendo adelante con tanto esfuerzo, se honra a quienes fundaron esa organización y se influye en la conversación de la ciudad y la región.

Principios como creer en el potencial de la gente, y de los colombianos en particular, en el valor de la educación de alta calidad, en el empoderamiento que se genera cuando se les facilita a las personas la posibilidad de conseguir sus propios ingresos, son todas cosas que hacen falta dejar de declarar y hacer con mayor vigor. Recordemos a Manuel con más acciones, que la humildad y bajo perfil no nos impida inspirarnos en su ejemplo y emularlo y reinterpretarlo para nuestros tiempos.

PD. En el homenaje y lanzamiento del libro, me hicieron caer en cuenta, no había personas de afrodescendientes. No vimos ni uno. Parte de la “re-interpretación” del legado debería pasar por un tema de inclusión. Pues en estos tiempos no vale que la población negra de Cali sea sólo beneficiaría, empleada, sino invitados y constructores de la nueva realidad de la ciudad.