Los dañinos efectos de la medicina que toma Trump para evitar la calvicie

‘Propecia’ el fármaco comercializado por la firma Merck y que es una versión de la ‘Finasterida’, es una de las drogas más vendida para combatir la caída del cabello. Lo cierto es que la droga se usa también para tratar enfermedades de la próstata y está asociada a trastornos sexuales y psíquicos.

El médico personal del presidente Trump reveló por fin el secreto que mantiene su cabello tan bien puesto a los 70 años. El nombre del producto farmacéutico es comúnmente conocido como ‘Propecia’, y es prácticamente la misma ‘Finasteride’ pero en consumida en dosis de 5 miligramos.

Dicho fármaco sirve principalmente para combatir enfermedades de la próstata, sin embargo, se ha confirmado que en cualquiera de sus versiones, está asociada a peligrosos efectos secundarios.

Según un artículo publicado en The Washington Post por el urólogo Daniel Marchalik, del Hospital MedStar Washington, la droga puede producir disfunción sexual y profundas alteraciones psíquicas. Precisamente esos efectos no deseados llevaron a la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, a exigir que ‘Propecia’ incluya en sus etiquetas una leyenda que advierta que puede causar “desórdenes de libido, eyaculación y orgasmos, que persisten tras la discontinuación de la droga”.

Si bien es algo que se sabe desde hace décadas, durante muchos años no se le dio importancia porque los principales consumidores de ‘Finasteride’ eran personas mayores que estaban bajo tratamiento por problemas de próstata, y muchos ya padecían disfunciones sexuales.

En 1997 la sustancia comenzó a ser utilizada por personas más jóvenes que quería de conservar su cabellera. Sin embargo, al aparecer los efectos secundarios, (las afecciones sexuales más reportadas son impotencia y pérdida del deseo), el laboratorio Merck ha recibido aproximadamente 1.370 demandas legales.

Lo preocupante es que hay muchos casos registrados en los que el impacto negativo del ‘Finasteride’ es irreversible, es decir, no importa que el paciente deje de consumirlo.

Pero a la disfunción sexual se le suman también los efectos sobre el estado emocional de los clientes. Al modificar ciertos esteroides se afectan algunas funciones cerebrales que pueden provocar profundos trastornos psicológicos que pueden llevar a la depresión y al suicidio.

La conclusión del especialista, según la publicación del diario estadounidense, es que el finasteride, especialmente para tratar la próstata, seguirá siendo un medicamento valioso. Pero es necesario generar conciencia sobre sus peligros, sobre todo para quienes lo usan por fines estéticos, como evitar la caída del pelo.