Los delfines rosados son un atractivo natural de la región Amazonas, pero esto no quiere decir que no se puedan observar desde Caño Cristales hasta Puerto Gaitán, Meta. Esta especie que habita en las cuencas del rio amazónico, que enriquecen la diversidad de la fauna silvestre colombiana, está en la mira de diferentes organizaciones ambientales.
La preservación y el cuidado de los delfines rosados y otras especies de los Llanos Orientales, han sido motivo para que mancomunadamente tanto las compañías petroleras, entre ellas Pacific Rubiales, como los ambientalistas, se unan en proyectos que beneficien a la fauna silvestre y a la comunidad en general. Entre los proyectos a desarrollar están los de incentivar y transmitir conocimientos científicos sobre los ecosistemas, fauna y flora de esta región.
Sin embargo, para la comunidad ha sido difícil reconocer el trabajo que han hecho estas compañías explotadoras de petróleo. Consideran que las petroleras son directamente las responsables de los desastres ambientales, pero aún así, según estas compañías, “gracias a los desarrollos petroleros se han podido transmitir conocimientos científicos de cientos de especies”.
Por ejemplo, muchas de las organizaciones e investigadores ambientalistas independientes han utilizado los recursos que les ofrecen estas empresas para realizar monitoreo y control, para que desde las dos partes, puedan generar conocimiento científico, así lo señala Dalila Caicedo directora ejecutiva de la Fundación Omacha. La Fundación es una organización no gubernamental de carácter ambientalista, que ha trabajado por más 20 años en la investigación y conservación de ecosistemas acuáticos y terrestres en Colombia.
Durante el 2009 esta Fundación comprobó que en el rio Tillavá habían delfines rosados, mientras realizaban un monitoreo de mamíferos acuáticos. A partir de este avistamiento el trabajo se amplió y, en el 2012 se profundizó en el monitoreo de estas especies con la instalación de cámaras foto-trampaen y cámaras con lentes de largo alcance, también se realizó trabajo de campo y observación en la zona de muestra (la unión del rio Trivallá con el rio Planas) encontrando otras especies de mamíferos terrestres como pumas, dantas, agutis, chigüiros y armadillos.
Aunque este tipo de actividades investigativas tienen un alto costo, Dalila Caicedo, dice que, gracias al aporte de Pacific se ha podido comprobar la existencia de esta especie (delfines rosados) en la región de los Llanos orientales, pues aparentemente solo se encontraban en el Amazonas y en cuenca del Orinoco.
Los delfines rosados son síntoma de que el ecosistema está bien
“Cuando hay delfines rosados y otros mamíferos del tope de la cadena alimenticia, se puede afirmar que el ecosistema está bien, es estable y se presta para que toda la cadena esté presente, desde los animales más pequeños hasta los más grandes felinos, como los pumas” así lo afirma Caicedo.
El trabajo de monitoreo y de observación de la presencia de mamíferos acuáticos y terrestres en el rio Tivallá, es el primer paso para la preservación de los ecosistemas y sus especies. No solo el trabajo se concentra en la identificación de estos animales, sino en concientizar a la comunidad (operarios, trabajadores del campo e indígenas) en el cuidado y la preservación del medio ambiente.
Por otro lado, no hay que descartar, que gracias a este trabajo de monitoreo con la industria petrolera y, en especial con la ayuda de Pacific Rubiales, y las organizaciones ambientalistas, se han identificado especies en peligro. Esto ha permitido que se elaboren estrategias que aporten a la conservación.
Otras compañías petroleras, también se han sumado a estos proyectos de monitoreo para identificar y conservar las especies de diferentes regiones del país. Ecopetrol acogió el manatí como su especie emblemática en el Magdalena Medio, allí realizan campañas permanentes e incentivando la conservación y el cuidado de esta especie. OLD, escogió el armadillo en Casanare y Meta como su imagen, allí realizan una analogía aprovechando la similitud de su hábitos y costumbres con la actividades de la empresa.
Finalmente la Fundación Omacha gestionó que los resultados de las investigaciones no se quedaran en un informe interno, sino que se dieran a conocer mediante libros, cartillas y otros medios impresos o digitales, para así aportar al conocimiento general y facilitar las acciones de conservación.