¿Por qué no despertar esas pasiones al lado del fútbol con vino de los países clasificados? Por supuesto que no todos llegarán a semifinales, en el proceso eliminatorio irán saliendo muchos y mediante una selección cuidadosa como en el vino, nos quedaremos con los mejores.
Esta ocasión es un motivo para buscar un buen vino con anticipación y no estar al va y ven de autoridades incompetentes, que pueden arruinar un evento preparado con antelación en algún lugar público. Por supuesto, sé que en toda sociedad habrá vándalos que confunden festejo con anarquismo, pero para eso se creó la fuerza policial, con poder de disuadir o castigar cuando haya necesidad…
En fin volvamos al tema que nos ocupa, por qué no aprovechar la ocasión para organizar una reunión con amigos, elaborar un menú oriundo del país que juega, armonizarlo con ese delicioso vino escogido, y de esta manera continuar aprendiendo y disfrutando de esta suntuosa bebida.
Estaremos haciendo entrega de los detalles vinícolas de cada país y datos de interés durante el curso del campeonato.
BRASIL: país anfitrión. Mientras que su fútbol es conocido en diferentes latitudes, y a pesar de tener variedad de uva, la mayoría es utilizada para la mesa y solo alguna para producir vino brasilero.
Debido al calor y humedad, el territorio carioca no es apto para la viticultura, excepto al sur del país en el Estado de Rio Grande del Sur, en la sierra denominada Bento Gonçalvez, que su altura y nubosidad la hace apta para el cultivo de variedades blancas. De hecho, hoy día grandes productores de espumoso como Moet Chandon y Freixenet (hechos al estilo del espumante italiano), han adquirido viñedos en esta localización y en otras regiones como Campanhia, Serra do Sudeste, Campos de Cima de Serra, en Santa Catarina, Planalto catarinense y en el noreste del Brasil Vale de Sao Francisco.
Los vinos de mejor calidad (vinho Fino) se producen de la Vitis vinífera europea. Solo 5.000 hectáreas de las 83,700 cultivadas fueron plantadas con esta uva, el resto son vides americanas o híbridas que se cultivan más fácilmente.
Muchos intentos para introducir el vino a Brasil se hicieron durante siglos. Los primeros, fueron traídos por los portugueses en 1532, quienes plantaron en Sao Paulo. No obstante, la humedad y el calor dificultaron la labor.
Los jesuitas fueron los que trajeron los vinos españoles a Rio Grande del Sur en 1626, en el siglo XVIII llevaron vinos de Madeira y las Azores. En 1840 la plantación de uva Isabella (Vitis Lambrusca) fue considerada la primera plantación exitosa en la costa sur de Rio Grande del Sur.
A finales de 1870 se establecieron mejores técnicas de viticultura en la Sierra Gaucha bajo la influencia de inmigrantes italianos (con uvas como la Barbera, Moscato y Trebiano). Los proyectos más ambiciosos a gran escala de producción se iniciaron en 1970 y hoy se mantienen, tratando de mejorar año tras año su calidad.
Si no quiere sufrir una decepción trate de buscar vino espumante, Cardonnay o Semillón, El vino brasilero se caracteriza por ser balanceado, frutal y fresco.
Con motivo de la Copa del Mundo el viñedo Lidio Carraro creó un rango de vinos llamados “Faces” y de esta manera se convirtió en el vino oficial de la Copa del Mundo 2014.
Recomendado: NV Peterlongo Presence Brut, Miolo Lovara Cabernet Sauvignon
CROACIA: a diferencia del país sede, su historia data en los asentamientos de los antiguos griegos y su producción de vino al sur de las Islas Dalmacia (Vis, Hvar, Korcula) la calidad del vino fue destacada por el escritor griego Ateneus desde hace 2.500 años.
En el siglo XV los turcos otomanos llegaron al sureste de Europa e impusieron estrictas leyes anti alcohol como parte de la ley islámica, pero afortunadamente el imperio otomano fue tolerante con el cristianismo y le permitió a los sacerdotes y monjes continuar produciendo vino para el servicio de la iglesia.
Hoy día existen 300 regiones geográficas vitivinícolas, con métodos de producción modernos, un estricto sistema de clasificación y regulación, (al estilo de la UE, 1996) que asegura su calidad y origen.
La mayoría del vino Croata es blanco. Al noreste produce vinos frutales similares en estilo a los de Eslovenia, Austria y Hungría, mientras que los producidos al norte son similares a los procedentes de Italia. Por el contrario, al sur se cultivan los rojos con estilo mediterráneo.
En el 2010 Croacia ocupaba el puesto 30 entre los países productores de vino. El vino es una bebida popular, se toma tradicionalmente con las comidas y en algunas ocasiones los diluyen con agua con gas denominando esta combinación como “Gemist”.
Como muchas otras regiones del viejo mundo productoras de vino, tienen sus uvas autóctonas, existen aproximadamente 41 variedades blancas y 36 tintas, que sobreviven en Croacia adaptadas a sus laderas, algunas de ellas la Malvazija (blanca, teóricamente Malvasia, se encuentra en estudio), y Teran (tinto seco), Plavac Mali (hijo confirmado del Zinfandel)
Infortunadamente esta región no fue ajena a la plaga de la filoxera, y a finales del siglo XIX, después de haber tenido un crecimiento floreciente en la industria del vino, cuando muchas compañías francesas habían plantado después de haber sucumbido en su propio territorio a la misma plaga, tuvieron que migrar al Nuevo mundo donde contribuyeron a la producción de vino.
Durante el régimen comunista en Yugoeslavia, la producción de vino se centro en cooperativas que les interesaba más la cantidad que la calidad. Sin embargo, hoy en día, después de la Guerra de independencia en 1991, los productores independientes, están produciendo vinos que compiten con los mejores del mundo.
MÉJICO: los vinos de Méjico comenzaron con la llegada de los españoles en el siglo XVI, (Hernán Cortes 1521) cuando fue traído de Europa a la más antigua región vitivinícola de América (Casa Madero, fundada por Lorenzo García en Santa María de las Parras).
Aunque existían uvas autóctonas, los españoles encontraron que las especies españolas también se daban muy bien en la Nueva España (Méjico). Las exportaciones de vino de España a Méjico cayeron en el siglo XVII, y fue cuando el rey Carlos II prohibió la elaboración de vino en Méjico, con la excepción para su uso en la iglesia.
Desde aquella época, hasta la independencia del país Azteca, el vino se producía allí en pequeña escala. Después de la independencia, y sin la prohibición, la elaboración de vino para consumo personal se incrementó especialmente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Muchos emigrantes europeos contribuyeron al regreso de vino a Méjico. Sin embargo con la revolución Mexicana un Nuevo retroceso tuvo lugar, especialmente al norte del país.
La producción ha venido en aumento desde 1980 tanto en calidad como en cantidad, sin embargo la competencia con vinos extranjeros y un alto impuesto de 40% lo hace incompetente. Vale la pena resaltar que Méjico no ha sido tradicionalmente un país que tome vino, más bien prefieren cerveza, tequila y mezcal.
El interés por el vino se centra en ciudades grandes o áreas turísticas y su reputación ha venido en aumento en el mundo. Muchas compañías mejicanas han recibido numerosos premios.
Las tres principales zonas vinícolas mejicanas son Baja California (90% de la produccción), esta área se utiliza para el enoturismo con la Ruta del Vino que conecta 50 bodegas con el Puerto de la Ensenada.
Área plantada: 2.500 hectáreas
Uvas: chenin blanc,chardonnay, sauvignon blanc,viognier. Tintos: Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Garnacha, tempranillo, dolcetto, syrah, petit syrah
Clima: medio, produce vinos especiados, con cuerpo y maduros