Máxima Zorreguieta, princesa de Orange y próxima reina de Holanda cuando su esposo Guillermo-Alejandro sea coronado en abril, ha sabido conquistar a los holandeses con su espontaneidad y alegría, pero también con su compromiso en asuntos como los microcréditos.
“Máxima ha sabido captar a la perfección el espíritu de los holandeses, sobre todo en su manera de actuar”, dijo hoy a Efe el especialista en la dinastía de los Orange, Coos Huijsen.
Para el historiador “Máxima ha entendido el dicho neerlandés de que lo normal ya es suficientemente extraordinario en Holanda”, en referencia al carácter holandés heredado del calvinismo.
La reina Beatriz de Holanda anunció esta semana su abdicación en su hijo primogénito y heredero, Guillermo-Alejandro, el próximo 30 de abril, cuando se celebrará una austera ceremonia de coronación en la iglesia de Nieuwe Kerk, la misma donde se celebró en 2002 el matrimonio del príncipe y la entonces joven economista argentina.
Nacida en Buenos Aires el 17 de mayo de 1971, Máxima y Guillermo- Alejandro protagonizaron entonces un matrimonio por amor, que tuvo que superar la decisión del Parlamento holandés de que los padres de la novia no asistieran al enlace ya que su progenitor fue secretario de Estado de Agricultura durante el régimen de Jorge Rafael Videla en Argentina.
El día en que ambos asuman el trono tampoco estarán los padres de Máxima, según la propia princesa comunicó al Servicio de Información de la Casa Real, cortando así la polémica antes de que se desatase.
Ahora será la segunda latinoamericana en sentarse en un trono europeo, después de que el 7 de octubre de 2000 la cubana María Teresa Mestre, esposa del Gran Duque de Luxemburgo, se convirtiera en la gran duquesa de ese pequeño país centroeuropeo.
Huijsen señaló a Efe que Máxima ha aportado “alegría” a la Casa Real de los Países Bajos: “esa alegría ha sido muy valorada y lo seguirá siendo durante el reinado de Guillermo-Alejandro”.
Consideró que Máxima será un pilar básico para su esposo durante su reinado, al igual que el príncipe Claus, fallecido en 2002, lo fue para la reina Beatriz.
“Los príncipes herederos han demostrado formar una buena pareja y eso se seguirá manteniendo también a la hora de dar contenido a la monarquía”, opinó Huijsen, que añadió que su formación como economista y su compromiso con los temas de microcrédito la ayudarán en su agenda como futura reina.
La preparación para ello ha sido intensa, pues aprendió la lengua holandesa en un tiempo récord (ahora, la domina y la usa en público, aunque a sus hijas sigue hablándoles en español), recorrió la mayoría de las ciudades y pueblos del país, se familiarizó con la cultura y asumió cómodamente su rango de princesa.
Así esa espontaneidad y alegría típicamente latinas han calado en la monarquía holandesa, al tiempo que por su estilo personal los expertos la suelen situar entre las princesas más elegantes de las Casas Reales europeas.
La futura reina Máxima, un título que en 2011 el Gobierno holandés confirmó que llevaría la esposa de Guillermo-Alejandro, ya ha señalado que esperaba “tener mucho trabajo, pero también será un placer y un gran honor” servir a la Corona.
En Holanda no hay duda de que en ese próximo 30 de abril, Máxima volverá a lucir con luz propia, en buena parte por un estilo desarrollado de la mano de modistos como Valentino, que la vistió el día de su boda, del belga Edouard Vermeulen, a quien eligió para anunciar su compromiso con el príncipe heredero, y más recientemente el holandés Jan Timiniau.
Vermeulen y Timiniau señalaron a Efe, respectivamente, que preferían no pronunciarse sobre los gustos de la princesa por “discreción” hacia ella, pues en estos momentos Máxima es el centro de atención internacional, algo que la argentina lleva con elegancia.
Alta y con una esbelta figura que no ha perdido con los nacimientos de sus tres hijas: Amalia (2003), Alexia (2005) y Ariane (2007), la princesa de Holanda se caracteriza por ponerse de todo, incluyendo diseños de populares marcas de moda “low cost” y por adaptarse a la sencillez que gustan los holandeses.
Quedará para la posteridad el traje de chaqueta diseñado por Timiniau con el que Máxima sorprendió en 2009 en la apertura de la Bienal de moda en Arnhem y que en su parte superior imitaba motivos recordatorios de los paquetes postales holandeses.
Las apuestas más atrevidas tampoco son tabú para la argentina, como demostró con el alto tocado con pluma, obra de la belga Fabienne Delvigne, que en octubre de 2012 lució en la boda del príncipe heredero del Gran Ducado de Luxemburgo.
Ese día Máxima rivalizó en elegancia con Carolina de Mónaco y su espectacular vestido de Chanel, al sorprender con ese tocado y una elegante blusa color mostaza y falda lápiz gris marengo.
La argentina cuenta además con muchos seguidores de su estilo, que hasta tienen una página web (www.fanvanmaxima.nl) en la que se comentan los modelos que más favorecen a la princesa.
Con EFE