El futbolista argentino llegó este jueves a la Audiencia de Barcelona para comparecer ante el tribunal que lo juzga por fraude fiscal. El defensa, fuera de la cancha, entra a terrenos judiciales a jugarse la vida y su carrera desde el estrado.
Lionel Messi con su padre Jorge Horacio Messi y en compañía de su hermano, llegó a la Audiencia pasadas las 10 de la mañana de Barcelona, para declarar ante el tribunal que lo juzga por tres delitos contra la Hacienda Pública
Con gran expectativa, medios de comunicación, seguidores y detractores se concentraron a la entrada de los tribunales para recibir a la estrella del futbol. En una furgoneta con guardaespaldas y el respaldo del FC Barcelona, Messi hizo su entrada entre arengas y gritos ofensivos.
Serio y con una inusual barba, se encontró con el portavoz del FC Barcelona, Josep Vives, en el interior de la Audiencia. Allí, la justicia determinará la responsabilidad del delantero en la defraudación de 4,5 millones de dólares al fisco español. Desde los inicios del juicio su abogado y asesores han buscado desvincularlo de los manejos y producción de su riqueza.
El astro ya devolvió unos 5 millones de euros por su presunta evasión e intereses, sin embargo podrían multarlo junto a su padre con un valor equivalente al fraude.
La Abogacía del Estado pide 22 meses y 15 días de prisión para él y su padre. Por su parte, la Fiscalía, en cambio, pide 18 meses para Jorge Messi porque considera que el futbolista no tiene ninguna responsabilidad.
Los testigos que ya se han pronunciado en las primeras jornadas, coinciden en exculpar a Lionel Messi. Enrique Bacigalupo, abogado de Messi y su padre, tiene como estrategia convencer al tribunal que el futbolista no participó activamente en los hechos y únicamente acató lo que decían sus asesores.
En declaraciones, el deportista dijo: “Nunca miro los contratos, no sé lo que firmo. Yo solo juego a fútbol. Firmaba porque confiaba en mi papá”.
De otro lado su padre manifestó: “Desde que comenzó la carrera de Leo, siempre intenté facilitarle la vida. Él jugaba; yo le acompañaba con las necesidades”.