Más de un millón de personas participaron en el Desfile de Ofrendas Móviles celebrado en la capital mexicana con motivo del Día de los Muertos y dedicado este año a las víctimas de los últimos terremotos registrados en el país azteca.
El desfile, organizado por el gobierno de Ciudad de México, ha llenado de color el trayecto del recorrido durante cerca de tres horas y seis kilómetros desde la Estela de Luz o Monumento del Bicentenario de la Independencia y la Plaza de la Constitución.
En la marcha han participado 15 carros alegóricos y más de 1.500 voluntarios que integraron las comparsas. Centenas de mujeres ataviadas elegantemente como Catrinas, igual cantidad de calacas vestidas de gallardos charros, brujas, monjes, zombis, diablos, diablesas, momias, jorobados, vampiros e infinidad de espíritus chocarreros y de rostros maquillados como cráneos humanos pudieron verse a lo largo de esa marcha popular.
Todo ello aderezado por el tronar de los cohetes lanzados desde la iglesia de San Hipólito que recordaron que el sábado fue el día de San Judas Tadeo, patrono de las causas imposibles.
El desfile estuvo dividido en dos segmentos. El primero, titulado La muerte viva, incluyó elementos relacionados con los decesos en el México prehispánico, colonial, revolucionario y de la época actual. Por otro lado, el carnaval de calaveras incluyó un reconocimiento a la brigada de rescatistas y voluntarios que intervinieron tras el terremoto del pasado 19 de septiembre.
Las festividades del Día de los Muertos se extienden a lo largo de varios días y están consideradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2003.