La brecha salarial entre géneros no se va a cerrar hasta dentro de 70 años, ha advertido la ONU. En un informe sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres, la Organización de las Naciones Unidas ha advertido que el ritmo al que se está cerrando esa brecha no es lo suficientemente rápido.
La brecha salarial de género se define como “la diferencia entre las ganancias brutas promedio que se pagan a los hombres y las que se pagan a las mujeres como un porcentaje de las ganancias brutas promedio por hora de los hombres”.
Esta brecha existe cuando hombres y mujeres reciben diferentes montos de dinero por realizar trabajo de un valor igual o comparable.
En Colombia, pese a que existe una legislación que busca garantizan la igualdad salarial y retribución laboral entre mujeres y hombres; cifras del DANE indican que a septiembre de 2014, la tasa de desempleo fue del 11,3% para las mujeres y del 7% para el caso de los hombres; mientras que el Ministerio de Trabajo, señala que las mujeres trabajadoras ganan 20% menos que sus contrapartes masculinas.
Esta última entidad, es también la encargada de hacer cumplir el artículo 5° de la Ley 1496 del 29 de diciembre de 2011, con la que se busca fijar los mecanismos que permitan que la igualdad salarial sea real y efectiva tanto en el sector público coma en el privado y establecer las lineamientos generales que permitan erradicar cualquier forma discriminatoria en materia de retribución laboral.
Uno de esos mecanismos es la penalización de aquellas empresas que incumplan con la disposición, haciéndolas pagar hasta ciento cincuenta (150 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Por otra parte la ONU, ha advertido que la brecha salarial entre géneros no se va a cerrar hasta dentro de 70 años. El informe de las Naciones Unidas refleja que, desde 1996, apenas ha cambiado la representación de género en el mundo laboral: hoy en día la mitad de las mujeres trabaja, comparadas con el 77% de los hombres. En el 96, un 52% de las mujeres trabajaba, respecto a un 80% de los hombres.
Pese a que el panorama suena un poco desalentador, El Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá, de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico (SDDE), presentó un documento en el que asegura que tanto la participación como la ocupación laboral de la mujer aumentaron en 2014.
En el año 2014 la ciudad generó 111.731 nuevos puestos de trabajo, de los cuales los hombres lograron ocupar 70 mil nuevas plazas en la ciudad y las mujeres se quedaron con 41 mil nuevos empleos, la mayoría (21 mil), generados por el sector comercio, pese a que el “renglón de servicios” es el mayor empleador de las mujeres en la capital.
Al respecto el secretario de Desarrollo Económico, Carlos Simancas dijo que “la calidad del trabajo en 2014 de las mujeres en Bogotá presentó mejoras; destacando el aumento de la tasa de asalariadas y una mayor conformidad con el trabajo pese a mantener aún tasas de subempleo muy altas en la ciudad”.
Sin embargo, estas cifras no tienen en cuenta factores como “la brecha de salario maternal”, que refiere a que las mujeres con hijos ganarán menos que aquellas que deciden no tener descendencia, y la diferencia aumenta por cada niño que se tiene.
De hecho, en algunos países, las mujeres se retiran del mercado de trabajo cuando se casan o en cuanto tienen hijos y sólo se reincorporan tras un par de años. Iniciar todo de nuevo generalmente significa un salario menor al que tenían antes de retirarse y en puestos de bajo perfil o medio tiempo. A esto se le llama “penalización por hijos”.
De esta manera la brecha salarial de género no sólo impacta en la vida de la mujer trabajadora, sino en la de toda su familia, especialmente cuando esas mujeres son madres solteras y el único sostén de la familia. La brecha salarial contribuye a las condiciones de vida de pobreza y mala nutrición lo que hace que el objetivo de desarrollo del milenio de erradicar la pobreza y el hambre se aleje más.