Murray vence a Federer y se ubica en la final de Australia

El británico Andy Murray rompió al fin su maleficio ante Roger Federer en torneos del Grand Slam y alcanzó por tercera vez la final del Abierto de Australia al derrotar al suizo por 6-4, 6-7 (5), 6-3, 6-7 (2) y 6-2, para disputar el domingo el título al defensor, el serbio Novak Djokovic.

Murray, ganador del Abierto de Estados Unidos el pasado año, se ha vuelto a sacar una espina que tenía profundamente clavada en su historial. A pesar de dominar hasta hoy 10-9 en los enfrentamientos contra el astro suizo nunca había podido doblegarle en un “major”. Esta vez lo consiguió en cuatro horas.

El mejor físico del jugador de Dunblane, que no había cedido un solo set hasta esta semifinal, fue clave para que el discípulo de Ivan Lendl lograra la victoria ante Federer, que este año cumplirá los 31, y que por primera vez ha disputado dos partidos seguidos a cinco sets en su carrera.

Murray se aprovechó de esta circunstancia para sentenciar su paso a la tercera final consecutiva en un Grand Slam, después de la de Wimbledon el año pasado, perdida ante Federer, y la de Flushing Meadows, ganada ante Djokovic.

Ahora, Andy Murray es el único jugador británico en alcanzar tres veces la final del primer Grand Slam del año. Fred Perry ganó el título en 1934 y fue finalista en la temporada siguiente. Murray cayó en la de 2010 contra Federer y en la del 2011 ante Djokovic.

Contra el jugador serbio, Murray tiene un balance desfavorable de 10-7. “Nole” Djokovic llegará con un día de descanso a esta final, tras destrozar al español David Ferrer, por 6-2, 6-2 y 6-1 en tan solo 89 minutos el jueves.

El partido lo decidió Murray por su tremenda constancia con el servicio, que solo perdió en dos ocasiones, logrando 21 saques directos, su mejor marca ante el suizo en todos sus encuentros, y 62 golpes ganadores.

Federer apareció algo desconcertado en fases del encuentro, e incluso se enzarzó en una conversación a destiempo con el juez de silla español Enric Molina. “No me mires a mí, mira a la bola”, le dijo el suizo, y entregó el partido de una forma poco habitual, con una derecha larga. Murray apenas celebró el triunfo.

El suizo llegó a dominar por 4-1 en el cuarto set pero permitió la reacción de Murray, que incluso sacó para ganar el partido en esa instancia, con 6-5 pero una vez más su conocida falta de inspiración para cerrar un encuentro volvió a hacerle temblar. “Estaba muy nervioso y él juega su mejor tenis cuando está contra la valla”, dijo después.

Federer ganó el desempate con maestría por 7-2, pero se desgastó demasiado, y eso lo pagó caro en el quinto, donde apareció desfondado.

En ese último parcial, el escocés hizo un comienzo espectacular ganando los tres primeros juegos (3-0) cediendo únicamente cuatro puntos de 16 disputados. Esta ventaja fue suficiente para mantenerla hasta el final, y romper de nuevo a Federer en el octavo, sellando su victoria, para situar en 11-9 sus enfrentamientos.

El jugador escocés, ganador del torneo de Brisbane como preparación del Abierto de Australia, el 25 de su carrera, lleva ya diez victorias seguidas en este comienzo del año, pero espera ante Djokovic, su verdugo el pasado año en las semifinales, un durísimo escollo.

“Estoy preparado para el dolor”, dijo Murray a pie de pista refiriéndose a su duelo contra Djokovic. “Espero que sea un encuentro durísimo porque eso significará que será bueno”, añadió.

“El es un grandísimo jugador, es su tercera final consecutiva, y en los Grand Slams es donde saca su mejor tenis. Cada vez que jugamos es un encuentro muy físico y yo tendré que jugar al máximo, de forma increíble para ganarle”, añadió. “Se que contra Ferrer jugó un tenis impresionante”.