Nacionalsocialismo a la criolla

A pesar de que legalmente Colombia es un país diverso en el que la multiculturalidad y la plurietnicidad están reconocidas como valores sociales fundamentales, cada vez son más comunes los grupos de corte neonazi que pregonan la segregación y el odio como pilares de su ideología.

Entrenamiento de milicia, manejo de armas y un discurso que apela a la “pureza” o el mejoramiento racial, son elementos comunes al interior de estos grupos.

Colombia es un país diverso, multicultural y pluriétnico, según la constitución nacional de 1991. Sin embargo, existen grupos que reivindican la segregación, el odio y la intolerancia como su bandera principal.

Entre los varios grupos que reivindican un discurso en el que imperan términos como “pureza”, “superioridad” o “raza” destacan los cabezas rapadas de extrema derecha que poco a poco han ido mutando en sus formas para hacerse cada vez menos notorios y por ende, menos sospechosos.

Desde que a mediados de la década de los noventa las primeras manifestaciones neonazis, con presencia en los grandes medios de comunicación, empezaran a preocupar a las autoridades los grupos nacionalistas, xenófobos, homófobos y con una fuerte tendencia neonazi empezaron a permitir que sus miembros no estuvieran rapados necesariamente. De igual manera sus símbolos, usados en las redes sociales, dejaron de lado las esvásticas y fueron cambiados por runas o imágenes que apelan al nacionalismo, para evitar sospechas.

A pesar de que en Colombia el revisionismo histórico o la negación del holocausto o la apología del nazismo aún no son delitos, son tendencias que claramente van en contravía de los principios de la carta política del país.

Sin embargo, no todos los que son cabezas rapadas son neonazis. Existen grupos de cabezas rapadas que reivindican al socialismo y sus posturas antifascistas como una ideología. La Coordinadora Antifascista, por ejemplo, se unió a la gran manifestación de lanzamiento de Marcha Patriótica como movimiento político a mediados de este año. A pesar de que los enfrentamientos entre los grupos de cabezas rapadas con tendencia neonazi y los que ideológicamente se sitúan a la izquierda han disminuido, cada vez más se populariza el discurso y la radicalización de ambos grupos.

Ejemplo de ello es la Unión Nacionalsocialista de Colombia (U.N.S.C.) que se presenta en su página oficial de Internet con un texto sobre la pureza de la raza atribuido a Adolfo Hitler, pero que no describe un tipo racial específico sino que apela a una moral que se enfoca en la “pureza” como su bien primordial. “Pureza” que no queda del todo clara y que se ampara en conceptos de David Lane, publicados en el mismo website. Vale recordar que Lane fue condenado a 190 años de prisión por robo y homicidio, pero también se hizo conocido por organizar milicias que tenían el fin de acabar con el gobierno de Estados Unidos y establecer un estado basado en la supremacía blanca. Estos discursos confunden a muchos adolescentes que buscan un sitio en el cual poder tener participación.

También tiene relevancia en el ámbito local del nacionalsocialismo, un grupo que se autodenomina “Tercera Fuerza”. Ambos coordinan sus acciones a través de Facebook, red social creada por Mark Zuckerberg, un joven empresario judío de Estados Unidos y que es la vía de difusión más exitosa de este tipo de grupos. Es a través de muchos perfiles de Facebook o blogs que pueblan Internet como estos grupos organizan los conciertos de las bandas que siguen su ideología o como articulan las marchas en apoyo a diferentes figuras que consideran relevantes para su concepción del país, como es el caso del Coronel (r) Alfonso Plazas Vega, condenado por los hechos del Palacio de Justicia.

La UNSC les ofrece a quienes quieran acercarse a ellos entrenamiento de milicia, llevado a cabo en los “tanques del silencio” del Parque Nacional, y un discurso en el que abundan las referencias a la preparación para el caso de un enfrentamiento armado. Igualmente, llama la atención que uno de sus más activos miembros, que se identifica en la red social Facebook como Richard Weich, aparezca en varias fotos hablando con miembros de la Policía Nacional, mientras está plenamente identificado como miembro de la UNSC, así como aparece en otras portando armas de fuego y recibiendo entrenamiento en el manejo de las mismas.

Lo llamativo de este caso es que la persona que aparece en las fotografías con miembros de la policía nacional es la misma persona que en marzo de 2011 hizo, en una entrevista, una extensa apología del paramilitarismo y aceptó que varios de los nacionalsocialistas que conoció pertenecieron a las autodefensas: “Cuando hay que luchar por la Patria, hay que hacerlo de corazón, dispuestos a dejar la sangre derramada por Ésta si es necesario, si debemos tomar las armas, no debemos dudarlo ni una sola fracción de segundo; esto, motivo a algunos Nacional Socialistas a formar parte de las AUC; no alargaré más en esta parte del tema por obvias razones legales”.

Si bien reunirse con miembros de las fuerzas del orden no es delito, ni aceptar que miembros de tal o cual grupo pertenecen o pertenecieron a grupos armados al margen de la ley, no deja de ser grave que discursos penalizados en otros países y que se han cobrado la vida de varias decenas de personas, incluyendo la mismas en Colombia, cobren cada vez más relevancia y popularidad.

En un país en el que la guerra y el odio son males diarios que se busca sean erradicados, los discursos de rencor, intolerancias, exclusión y segregación hacen que la paz en Colombia sea cada vez más algo utópico.