El ejército de Damasco ha iniciado un repliegue de la carretera de Castelo, por donde debe entrar la ayuda de la ONU para los barrios asediados de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria. Así lo confirmó a EFE el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman. “Los soldados han comenzado a retirarse, pero aún no sabemos si esto va a traducirse en algo al final”, afirmó el responsable de la ONG.
Sin embargo, Naciones Unidas ha señalado al Gobierno del presidente Bashar Asad, como responsable de que ningún convoy humanitario haya podido entrar en la atribulada ciudad de Alepo para aliviar a su población.”Podríamos ir hoy. Pero no… No han dado los permisos”, ha reconocido, desde Ginebra, el director de la Fuerza Humanitaria Siria, Jan Egeland. El enviado ha detallado que Damasco no ha dado a la ONU “ni un solo permiso” para introducir ayuda en los asediados barrios del Este de Alepo, controlados por rebeldes.
Mientras tanto, un convoy de 40 vehículos, con raciones de alimento para decenas de miles de personas, está bloqueado en la frontera turcosiria. Cuando se anunció su llegada, el martes pasado, la administración siria reaccionó furibunda asegurando que el convoy no contaba con su permiso. La permisión inmediata de la entrada de ayuda humanitaria figuraba entre las condiciones cruciales para el desarrollo del proceso de pacificación de Siria firmado el viernes pasado entre Rusia y EEUU, y que tanto Asad como la oposición reconocida se habían comprometido a acatar.
La prolongada guerra de Siria se complica cada día más: hasta la fecha, no existe un frente unido y varios centenares de grupos armados luchan tanto contra las fuerzas gubernamentales como entre sí, sin olvidarnos de los actores extranjeros implicados en el conflicto.