Roger Federer no participará en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y no jugará en lo que resta de la temporada 2016. El suizo tomó la decisión, debido a los problemas de rodilla que arrastra desde principios de año, cuando ya tuvo que ser operado. La opinión de los médicos, que le aconsejan que descanse y siga con la rehabilitación, ha pesado en la decisión del tenista.
“Me apena profundamente anunciar que no podré representar a Suiza en los Juegos Olímpicos de Río y que también me perderé lo que queda de temporada”, ha escrito en su perfil de Facebook el 17 veces campeón del Grand Slam y el ex número uno del mundo.
“Considerando todas las opciones después de haber consultado con mis doctores y con mi equipo, he tomado la muy difícil decisión de terminar mi temporada 2016 porque necesito una rehabilitación más amplia después de mi operación de rodilla de principios de año. Los médicos me han aconsejado que, si quiero jugar en la ATP World Tour sin lesiones algunos años más, como pretendo hacer, debo dar tanto a mi rodilla como a mi cuerpo el tiempo adecuado para su completa recuperación. Se cree que me perderé el resto del año”, puntualizó.
Este sería su adiós a la última oportunidad de colgarse el oro olímpico. Federer se sometió a una artroscopia en la rodilla para solucionar sus problemas de menisco el pasado 3 de febrero, poco después de perder ante Djokovic en las semifinales del Abierto de Australia. Reapareció el pasado mes de abril en Montecarlo, pero fue baja en Roland Garros, perdiéndose por primera vez un grande después de disputar 65 de forma consecutiva.
El grave contratiempo le impedirá también defender los títulos conquistados el pasado año en Basilea y Cincinnati, además de disputar la Copa Masters, en las que ha estado presente a lo largo de toda su carrera.