El Papa Francisco aceptó que se cree una comisión que estudie la posibilidad de que las mujeres puedan volver a ser diaconisas en la Iglesia, tal y como lo fueron en el pasado.
El pontífice se vio casi obligado a hacer este anuncio por las circunstancias, durante la celebración de una audiencia en el Vaticano con 900 religiosas de la Unión Internacional de las Superioras Generales que le interpelaron sobre este tema.”Las mujeres diaconisas son una posibilidad para hoy”, respondió Jorge Mario Bergoglio, cuando las superioras de las órdenes de monjas le preguntaron por qué la Iglesia excluye ahora a las mujeres de la posibilidad de servir como diáconos, cuando en la Iglesia primitiva lo podían ser.
Un diácono es una figura eclesiástica a la que se le confiere el sacerdocio de tercer grado, que es el que ordinariamente se otorga de forma provisional a los seminaristas que van camino del presbiterado (sacerdocio de segundo orden). También se confiere actualmente a varones -solteros y casados- que ejercerán este ministerio durante toda su vida: los diáconos permanentes.Entre sus tareas, se encuentran la de impartir los sacramentos del Bautismo y el Matrimonio, aunque tienen vedada la presidencia de la eucaristía, la confesión y del resto de sacramentos, que son de exclusiva responsabilidad de los presbíteros (a los que ordinariamente se conoce con el nombre de sacerdotes o curas).
Además, los diáconos pueden presidir de forma ordinaria algunas de las celebraciones no eucarísticas de la Iglesia.En la actualidad, la Iglesia permite que los hombres casados puedan ser diáconos, pero no sacerdotes. En el caso de las mujeres, se les veta ambos roles. Si la comisión propuesta por el pontífice prospera y diese luz verde a las mujeres en este sentido, sería un paso tímido pero histórico en la Iglesia a favor de la mujer.
Pero eso no significaría que ellas pudieran actuar como sacerdotes en ningún momento.”¿Por qué no constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?”, insistieron las religiosas durante la audiencia con el Papa, refiriéndose aún a la posibilidad de que las mujeres sean diaconisas. Francisco respondió que en una ocasión había hablado sobre esta cuestión con un “buen y sabio profesor”, que estudió el rol de las mujeres diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia.
“¿Qué eran estas diaconisas femeninas? ¿Tenían la ordenación o no? ¿Cuál era el rol en ese tiempo?”, se preguntó Francisco en voz alta, reconociendo que muchas cuestiones sobre esa figura pasada continúan sin estar claras. “¿Constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión?”, se preguntó el pontífice. “Creo que sí. Sería bueno para la Iglesia aclarar este punto”, se respondió a sí mismo. Y se reafirmó de nuevo para que no quedara duda alguna: “Estoy de acuerdo. Hablaré de hacer algo de este tipo.
Me parece útil tener una comisión que lo aclare bien”, concluyó.”La Iglesia es mujer, no es el Iglesia”En un encuentro en 2015 con el Pontificio Consejo de la Cultura, Francisco aseguró que es “urgente ofrecer espacios a la mujer en la vida de la Iglesia”. El Papa aseguró entonces que “la Iglesia es mujer, es la Iglesia, no el Iglesia”. “Me gusta describir la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera la vida”, dijo entonces.Antes, en el Congreso por los 25 años de la carta apostólica ‘Mulieris Dignitatem’ de Juan Pablo II sobre la mujer, el Pontífice afirmó: “Sufro, y os digo la verdad, cuando veo que [las mujeres] hacen cosas de servidumbre y no de servicio”.