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Después de lo logrado por la judoca Yuri Alvear, el boxeador antioqueño Yuberjen Martínez gana segunda presea plateada para nuestro país. En la final de los 49kg, Yuberjen cayó por decisión unánime ante el uzbeko Hasanboy Dusmatov.

El antioqueño Yuberjén Herney Martínez Rivas, tuvo claro su objetivo de hacer historia en Río de Janeiro 2016. Este lo confirmó clasificando a la final de los 49 kg y alimentado la ilusión de ganar la medalla dorada del mosca liviano. Sin embargo en la contienda final se impuso el uzbeko. Con esta medalla de plata, el país reúne la tercera en Río de Janeiro 2016.

Durante el primer asalto los marcadores quedaron 10-9. Para el segundo Dusmatov logro 20 y Martínez 18, quedando así el tercer asalto, lo que le dio la medalla dorada al usbeko.

En el Pabellón Seis de Riocentro, Yuberjén derrotó por decisión casi unánime, al cubano y campeón mundial Joahnys Argilagos. El joven pugilista nacional enfrentará por la gloria olímpica al uzbeko Hasanboy Dusmatov, quien derrotó por decisión unánime al estadounidense Nico Hernández.

El ‘Tremendo’ Martínez, de 24 años, es el primer boxeador colombiano que le da al país una plata olímpica. Nuestro último medallista de la disciplina, fue el magdalenense Jorge Eliécer Julio, en Seúl 1988. En su camino por el oro, el pegador nacido en Chigorodó, ha dejado además en el camino al brasileño Patrik Lourenço, al filipino Rogen Ladon y al español Samuel Carmona.

Nuestra historia olímpica con los guantes

Hasta el momento, el boxeo colombiano nos había dado tres medallas olímpicas. En Múnich 1972, cuando el bolivarense Alfonso Pérez, aseguró la medalla de bronce del peso ligero (57-60 kg) un 6 de septiembre, al vencer al turco Eracian Doruk (3-2). Tres jueces vieron ganador a Pérez 59-58, otro al turco 58-57, y el restante dio empate 58- 58.

El 1º de septiembre había debutado ante Peter Odhiambo, de Uganda. El colombiano se fue adelante desde el primer asalto, dominando con su potente jab. y ganó por decisión unánime. Dos dias despues se enfrentó a Karel Kaspar de Chacoslovaquia, a quien venció en una dura pelea.

El cierre de la participación de Alfonso Pérez fue considerada injusta en la apreciación de los jueces. Su último combate fue ante Laszlo Orban de Hungría, quien para muchos analistas se quedó injustamente con la medalla de plata, dejando en tercer lugar al colombiano. Orban, a la postre ganó la medalla de oro.

También en Múnich 72, el otro bolivarense Clemente Rojas, comenzó su camino hacia el bronce del peso pluma (54-57 kg), al vencer por decisión al canadiense Dale Anderson. El siguiente rival, era el búlgaro Kountcho Kountchev, pero este fue descalificado por no dar el peso en la báscula. Rojas sin pelear, paso a la siguiente fase.

El 7 de septiembre, dos días después del atentado en el que murieron 11 deportistas israelíes a manos del comando terrorista palestino ‘Septiembre Negro’; el boxeador cartagenero gano su pelea ante el español Antonio Rubio , quien cometió una falta al propinarle al colombiano un golpe bajo, por lo que el juez lo descalificó. Rojas ya era medalla de bronce y tenía la posibilidad de pelear por la de plata. En semifinales enfrentó al keniata Philip Waruige y en un polémico fallo, el colombiano perdió por decisión (4-1).

Al final, la presea dorada fue para el sovietivo Boris Kusnezov. Sin embargo, Colombia fue el orgullo de Sudamérica en Múnich, con tres medallas: las dos de bronce en boxeo y una de plata del tirador barranquillero, Helmut Bellingrodt.

Y quien había sido nuestro último medallista en el boxeo olímpico, el gran Jorge Eliécer Julio Rocha, nacido en El Retén Magdalena y quien se colgó el bronce en el peso gallo (51-54 kg) de Seúl 1988.

Julio, de 19 años de edad, llegó a Seúl por sus propios medios; el Comité Olímpico Colombiano (COC), en cabeza de su presidente Fidel Mendoza Carrasquilla, no le ofreció apoyo a ningún boxeador. Amigos y aficionados de Barranquilla, fueron quienes recaudaron dinero para poder pagar los tiquetes aéreos, alimentación, preparación y hospedaje del pugilista. También contó con el apoyo de su compañero Simón Morales Mejía, de la categoría mosca, y el entrenador Jorge García Beltrán.

Su debut fue contra el filipino Michael Hermillosa, a quien derrotó con contundencia. Le siguieron el puertorriqueño Felipe Nieves, el alemán René Breitdarth, subcampeón mundial, y el japonés Katsuyoki Matsushima, campeón asiático, que no lograron resistir la potente embestida de sus guantes.

El 28 de septiembre de 1988, y solo le quedaba un rival para asegurar la plata y aspirar al oro; el búlgaro Alexander Hristov. Su rapidez y fortaleza desconcertaron al Hristov, quien por unos instantes parecía estar débil. Soportó una serie de golpes en el mentón, sus piernas se doblaron y su rostro hacía creer que el colombiano estaba cerca de lograr un nocaut. Fue, tal vez, la situación más movida del encuentro. Desde ese momento la pelea se volvió monótona.

Ya se había acabado el tiempo y aún no había ganador. Las personas que vieron la pelea daban como ganador al colombiano, hasta el mismo búlgaro se veía cabizbajo esperando que levantaran la mano de su rival. Sin embargo, las cosas no fueron así. La decisión de los jueces Osvaldo Bisbal de Argentina, Bob Kasule de Pakistán y Adolph Elmo de Estados Unidos, dieron la victoria al búlgaro, mientras que Kishen Narsi, de la India, y Roderick Robertson, de Gran Bretaña, le dieron la pelea al colombiano.

Julio iba directo a ser campeón y a ser declarado el más técnico, por su excelente pegada. La decisión generó protestas de los aficionados, quienes lanzaron algunas sillas al cuadrilátero. Al final, la medalla de oro fue para el estadounidense Kennedy McKinney.