Académicos, exmilitares, religiosos, exministros y ambientalistas, entre otras personalidades, presentaron este martes la declaración de La paz querida, un manifiesto de 42 firmas, a través de la cual expresan su respaldo a la paz negociada, cuyo cese al fuego se firmó la semana pasada en La Habana (Cuba).
Se trata de un manifiesto de 14 puntos cuyo propósito fundamental es, en palabras de uno de sus promotores, el general (r.) Henry Medina: “construir una masa crítica capaz de generar un cambio de actitud para producir cambios culturales y sociales”, con miras a “conformar escenarios de dignidad, inclusión, equidad y justicia”, que permitan poner fin al conflicto armado.
Durante el evento de la presentación pública del manifiesto, el rector de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), profesor Ignacio Mantilla Prada, señaló que la Paz Querida y su declaración “es el ejemplo de lo que la patria le exigirá a los colombianos en el posacuerdo”, y añadió que la U.N. “está dispuesta a ser interventora de los acuerdos de paz”.
Según el general (r.) Medina, el grupo nace por la necesidad de crear una nueva ética que rija los comportamientos de la sociedad colombiana para una nueva convivencia, basada en “el debate participativo y respetuoso de la diferencia con el contrario”.
La declaración se generó un año después de constituir el grupo “La paz querida”, colectividad de la que forman parte Alejo Vargas Velásquez, Alfonso Gómez Méndez, Elisabeth Ungar Bleier, Francisco de Roux, José Fernando Isaza, Juan Camilo Restrepo, Julio Carrizosa Umaña, Otty Patiño, Rodrigo Uprimny Yepes.
La ex ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, afirmó que La paz querida es un apoyo más a un proceso que se constituye “en la única manera en que se puede saldar una deuda con las nuevas generaciones del país”. Además, el respeto por las mujeres “debe ser pilar fundamental de los cambios del país porque solo trabajando hombro a hombro, mujeres y hombres, es que se puede alcanzar el fin de la guerra”.
Y es que el sentir de los colombianos en torno al conflicto colombiano, según cifras presentadas durante el evento por Carlos Lemoine, director del Centro Nacional de Consultoría, ha incidido notablemente en la violencia contra la mujer (77 %), en el incremento de la delincuencia en el país (91 %), y del narcotráfico (83 %).
La paz querida parece insertarse en el grupo de colombianos (ocho de cada diez) -de entre 1008 encuestados-, el cual está convencido de que la paz le da más fuerza y optimismo al país. Si bien el 74 % opina no estar dispuesto a votar por un exguerrillero, el 78 % de los encuestados admitió que era mejor que se desarmara e hiciera política.
El docente en Derecho de la Universidad Nacional, Rodrigo Uprimny, uno de los firmantes, recientemente explicó que suscribía el manifiesto por diversas razones, una de ellas porque con conflicto hay una democracia con profundas injusticias sociales, e indirectamente porque “drena recursos que podrían ir a la inversión social, silencia otros debates necesarios, como la desigualdad, y enrarece la discusión pública”.
En efecto, según la encuesta, el 43 % de los colombianos considera que sin conflicto aumentarían los recursos para la educación y la salud.
Desde el grupo se promoverán debates y la participación de la sociedad civil y la ciudadanía, en el ámbito nacional y regional, para la construcción de la convivencia en las diferencias, la implementación adecuada de los acuerdos de La Habana y eventualmente los que surjan de las negociaciones con el ELN.