Debido a la mordedura de un gato contagiado con rabia, una mujer de 25 años murió en el hospital San Ignacio de Bogotá. El animal habría sido traído de la zona del Tequendama, en Cundinamarca.
El Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó que este es el segundo caso que se presenta en 15 meses con respecto a un deceso humano por contagio de rabia. El virus ha matado a 34 personas en el país en los últimos 12 años.
Desde el mes de diciembre cuando el animal fue traído a la capital, este presentó signos de enfermedad por lo cual fue llevado el mismo a una veterinaria, a pesar de estar hospitalizado durante dos días en tal lugar, nunca se le dictaminó el contagio del virus, y lo dieron de alta con unos medicamentos.
Ya en la vivienda de la mujer, esta fue mordida por el animal en un dedo de la mano derecha, debido a lo leve de la herida, la joven lavó la herida con un desinfectante y no le dio mejor tratamiento. La gata, por su parte, se tornó agresividad y el deterioro en su salud aumentó, lo que llevó a su eutanasia el 10 de diciembre pasado.
Luego de que se le practicase la eutanasia al animal, y tampoco fuese descubierto que este padeció de rabia, el caso quedó en el olvido, y posteriormente la salud la mujer empezó a deteriorarse acompañada de un dolor en el codo y pérdida de la sensibilidad en el brazo derecho, que ante el diagnostico de un médico, se le diagnosticó vértigo y la enviaron para la casa.
Con dificultad para respirar, cambios de comportamiento, sudoración y adormecimiento en los brazos, la mujer consultó de nuevo y le dijeron que presentaba “ansiedad”. El 15 de enero, con incontinencia urinaria, fiebre alta y pupilas dilatadas, fue llevada a urgencias del San Ignacio.
Durante la hospitalización presentó un rápido deterioro neurológico y respiratorio y, luego de múltiples exámenes de laboratorio, además del reporte (un poco tardío) de la familia sobre la mordedura de la gata, se infirió el diagnóstico de encefalitis por rabia y se continuó con el manejo específico de su estado crítico y progresivo.
El sábado 21 de enero, la paciente falleció y la autopsia correspondiente confirmó, de la mano del INS, el diagnóstico de rabia. Todo, con el despliegue de las medidas epidemiológicas por parte de las secretarías de Salud de Bogotá y Cundinamarca, que han estado al frente del caso.
Aunque el Instituto Nacional de Salud aseguró que la situación está bajo control, debido a que de manera específica se ha priorizado la atención a la familia, donde otros posibles lesionados están bajo estricta vigilancia, como también se efectuó la revisión de las veterinarias donde fue atendido el animal estableciendo el cerco epidemiológico correspondiente, quedan muchas dudas respecto a la atención que recibió el animal, como también en los diagnósticos que le dieron a la mujer, los cuales no pudieron descubrir que estaba contagiada con rabia.