En las noches del 11, 12 y 13 de agosto se apreciarán pequeñas líneas de luz en el firmamento, producto de los fragmentos del cometa Swift-Tuttle.
Este fenómeno conocido como lluvias de estrellas de las perseidas debe su nombre a la constelación de Perseo (semidiós de la mitología griega), de donde provienes, ubicada en la parte del hemisferio norte celeste.
El fenómeno se podrá observar como una repetición exhaustiva de lo que llamamos una estrella fugaz.
Según explica el profesor Gregorio Portilla, director del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en una noche cualquiera, en promedio, se puede observar una estrella fugaz una cada hora, mientras que en esta lluvia de estrellas ese número puede aumentar hasta 20 destellos por minuto.
Usualmente, este fenómeno sucede entre la primera y la segunda semana de agosto de cada año, con una mayor intensidad en las noches del 11, 12, 13 de agosto.
Las previsiones indican que será posible apreciar una buena lluvia de estrellas si se cuenta con cielo despejado. Lo recomendable es realizar las observaciones después de media noche, hacia la una de la mañana, el momento en el que la constelación de Perseo está sobre el horizonte.
Para ello, hay que estar ubicados en un sitio oscuro, con una baja contaminación lumínica, es decir, estar fuera de las grandes capitales y dirigirse hacia el campo para evitar que el brillo de la ciudad estorbe las observaciones.
Este año el pico más alto de la lluvia de estrellas será en luna llena y prevé que el brillo del satélite dificultará un poco la observación. Sin embargo, se podrá ver en el cielo como un grupo de estrellas que caen a toda velocidad.
“Algunas solo tardan menos de medio segundo y son tan brillantes que se verá su trazo luminoso, a penas el rastro que rápidamente se diluye”, comenta el docente Portilla.
El nombre técnico para estos objetos son meteoros, es decir, fragmentos muy pequeños de asteroides o cometas, específicamente la lluvia de estrellas de las Perseidas son pedacitos muy pequeños desprendidos del Swift-Tuttle.
Este cometa tiene unos 25 kilómetros de diámetro, le da una vuelta al Sol cada 133 años, y, potencialmente, puede chocar con la Tierra.
“Cuando el Swift-Tuttle está cerca del Sol pasa muy cerca de la órbita de la Tierra, por eso los pedacitos que deja en su trayectoria chocan con nuestro planeta e iluminan porque tienen una energía cinética muy grande”, agrega.
Estos pequeños meteoros entran a la Tierra a velocidades que van entre los 50 y 60 kilómetros por segundo. Como ir de Bogotá a Fusagasugá en solo un segundo.
Le energía cinética con la que llegan los objetos es muy grande y cuando chocan con la Tierra lo primero que encuentran es la atmósfera que antepone su fuerza de fricción.
“Estos pedacitos cuando se encuentran con las capas altas de la atmósfera se queman inmediatamente, por eso es que podemos observar el brillo”, puntualiza el experto.
Este fenómeno sucede en esta época del año cuando la Tierra se encuentra con la trayectoria del cometa, que tiene una órbita dirigida, y al estar cerca del Sol va desprendiendo material que mantiene la misma trayectoria.
Para los sitios del país que presenten un cielo nublado podrán ver la lluvia de estrellas gracias a la transmisión en vivo que hará la NASA en www.ustream.tv/channel/nasa-msfc.